sábado, 31 de diciembre de 2016

Oda al Gris: Cap I. Mientras escribo.

Aquella mañana amanecí con el otoño empezado, creyendo que vivía aún en un delirio de primavera sin final.

Con estas palabras intenté hacer un relato con el que quería expresar cómo me sentía en uno de los peores momento de mi vida... pero no pude.
Siento que no he hecho más que traicionarme a mí mismo. Tenía muchas historias que contar y solo me he limitado a poner tonterías en mi blog personal. Banalidades estúpidas.

Me gustaría ofreceros algo más personal, algo que saliese del recoveco más hondo de mi ser, algo que de verdad quiero escribir y siempre me ha dado mucho miedo enseñaros. Pero siento la necesidad de compartir un pedazo de mi alma con vosotros. Puede sonar empalagoso y casposo, pero es así como lo veo.

Por eso quiero empezar un nuevo proyecto con vosotros, tras múltiples fracasos que he tenido en este último año. Y no pido que me digáis que os gusta, no por favor. Pido que, únicamente, lo contempléis. Porque en serio os digo... Quiero componer una Oda al Gris.




-Carlos.

viernes, 28 de octubre de 2016

COMO LA VIDA MISMA. Capítulo 73. Pesadilla en Gandia St. AKA Especial Halloween

Dedicado a Marta e Irene.
Ellas saben el porqué. ¡Vaya que si lo saben!





"No espero ni pido que alguien crea el extraño aunque simple relato que me dispongo a escribir.
Loco estaría..."
-Edgar Allan Poe.
 Ó Reverte, a saber.




Era de noche y hacía un frío otoñal.
Llovía, o eso me imaginé cuando me encontraba atado de pies y manos a esa silla de madera podrida y escuchaba las gotas de agua caer en el tejado hecho de un metal pobre. Como los nuevos discos de Metallica ó Metalica, depende del que te haga el rótulo.
Cuando desperté, me invadió un dolor de cabeza terrible y la boca me supo a carne podrida con un toque oxidado, algo desagradable que casi me provoca vomitar en mis pantalones. Como la Cruzcampo. La penumbra devoraba aquella habitación minúscula que solo recibía la pequeña luz de una vela a punto de morir. Las manos las tenía a mi espalda, un nudo corredizo hacía que fuese imposible que las moviera, a pesar del forcejeo inútil al que me sometí durante unos minutos.
Sin esperanza, grité y no recibí respuesta alguna, solo el sonido de la lluvia al precipitarse y del viento chillando por la ranura de la puerta de tablones que crujía con sus "cracks" y sus "ñicks".
No había estado tan incómodo desde aquella noche en casa de Jorge.

¡Venga, si ya sabéis la historia todos!

Unos pasos a lejanía sonaron, débiles, pero continuos. De nuevo grité, grité con todas mis fuerzas. Los pasos se acercaban a la puerta, cada vez era más fuerte el sonido y cada vez era más fuerte el eco que provocaban. El viento seguía con una jerga que hacía estremecerme, el corazón me martilleaba vertiginosamente, sentía la muerte en mi alma.
Vamos, lo dicho, como si tomases Cruzcampo.

La puerta se abrió despacio, con un sonido chirriante, haciendo que entrase la lluvia de fuera y dejando ver la sombra de una figura extraña. Por un momento me recordó a la silueta de Alfred Hitchook que aparecía en esa serie de televisión que emitían por la madrugada.
Entró, cerró la puerta con un golpe seco y se encendió un cigarro. No pude contemplar su cara dado que el cuello de su gabardina negra cubría la mitad inferior de su rostro, y la parte de arriba era ensombrecida por un sombrero a juego, de copa y bastante ostentoso. Además, usaba unas lentes redondas y pequeñas de un fino cristal violeta, posiblemente del siglo XIX.
Colocó el cigarro entre sus dedos, se puso a un palmo y exhaló el humo del cigarro en mi cara. Silencio.

-¿Sabes quién soy?-preguntó con una voz ronca y con un fuerte acento marcado.
-¿Simona?-pregunté yo.
-No-Un trueno acentuó su negación.
-Uff que susto porque la debemos pasta.
-Calla-tiró el cigarro e hizo crujirse los dedos de ambas manos, se puso de puntillas, aún más cerca, y con ese curioso acento volvió a preguntar, y esta vez de forma más agresiva.
-¿Sabes quién soy, Carlos?
-¿Thor?
-Te diré una cosa; vas a morir, Carlos. Esta noche, esta fría noche, esta noche de Halloween. Estoy seguro de que te sentirás indefenso, desconcertado, puede que pienses que estés loco. Voy a matarte con mis manos, pienso cortar tu cuello hasta llegar al hueso. Ten claro que no miento, te aseguro que no miento, son veraces lo que te cuento.
-Vale, sabes hablar. No eres Jorge Florez.
-Di adiós-entonces vi el brillo de un objeto afilado. Un cuchillo de gran filo asomó por uno de los bolsillos de su gabardina. Jugó un segundo con él, vaciló y acto seguido puso la hoja fría del arma
en mi yugular-di adiós.
-Espera-grité, histérico.
-¿Qué? ¿Qué ocurre? No puedes interrumpirme, esto es una historia de terror, no una película de James Bond cuando contaban con un actor que lo interpretaba bien.
-No puedes matarme.
-Eso dijo Kennedy a su país.
-No puedes matarme porque entonces no conocerás unas historias que te puedo contar.
-¿De qué demonios hablas?
-Hoy es Halloween, ¿verdad? Digamos que cierto viaje a Gandía me inspiró a recrear lo que me dispongo a contar, amable asesino psicópata.
-Bueno, no tengo dentista hasta las cinco, así que... Te dejo una y luego-breve pausa para dejar el suspense en la sala-morirás. Pero en serio, tengo dentista y no puedo faltar a la hora-Sonó otro trueno.
-Es justo. Nuestra primera historia comienza en una carretera. Dos coches con amigos y un libro. Nuestra primera historia se llama...






POSESIÓN INTESTINAL.










Jorge conducía con extremo cuidado por una carretera secundaria de un pueblo desconocido. Subía una montaña cubierta por una espesa niebla que impedía ver con claridad el camino que se debía seguir. Era un lugar solitario, únicamente lo acompañaba el otro coche de sus amigos. En ese era Álvaro el que tomaba el volante, acompañado de Andrea y dos personas más; Sergio y Amanda. Carlos, el más guapo de todos, en cambio, estaba en el coche de Jorge, con Álex de copiloto y en mitad del asiento trasero dando el terrible coñazo con una guitarra acústica.

Mientras que en un coche se escuchaba a Noel, en el otro, un joven militante de Ciudadanos iba charlando de forma amistosa con la acompañante que se encontraba a su derecha. Mientras que en un coche reinaba la calma y la armonía, en el otro...




-¡ME CAGO EN TODO, JODER! El puto GPS de mierda, me cago en Jorge y en todo. Me vais a pagar la jodida multa, todos. ¡TODOS!
-Álvaro, calla ya y pregunta, que nos hemos perdido.
-No, Andrea. Sé llegar.
-He dicho que preguntes, pregunta.
-Que no vamos a parar, joder.
-¡Que no me grites!
-Que no te he gritado.
-QUE NO ME LEVANTES LA VOZ.
-QUE NO TE HE LEVANTADO LA PUTA VOZ.

Como un maldito matrimonio.

 Después de una discusión  que traumatizó tanto a Amanda como a Sergio, éste último divisó una figura andando a unos metros más adelante por la carretera que comenzaba a convertirse en una recta descomunal.

-Mirad ahí-dijo señalando con el dedo-parad el coche.
Era un hombre sin pantalones y con una camisa verde  y rota por las mangas. Andaba a pasos cortos y torpes, el pelo lo tenía hecho una maraña, y presentaba pinceladas de sangre en sus rostro. La mirada se perdía en la nada, apenas parpadeaba, pero lo más tenebrosa era lo que portaba. Un libro. Un libro forrada de piel humana. El coche paró delante suya y tanto Amanda como Andrea bajaron para atender a la extraña persona.

-Hola ¿te encuentras bien?-preguntó Andrea con voz dócil. Que tela.
-Mira, Andrea. Parece que ha tenido un accidente.
-¿Podemos ayudarle? ¿Señor?-pero no había respuesta, solo una ligera respiración entre los dientes. Sergio se pronunció y comentó que debían subirle al coche y acompañarle hasta la siguiente estación de paso. Llamó al copiloto del otro coche para comentar lo ocurrido, y éste dijo que había una parada a tres minutos de su situación. Subieron a la persona con bastante dificultad e intentaron hacerle todo tipo de preguntas, ninguna de ellas con respuesta. No sabían su nombre, su historia o el porqué votaba a Ciudadanos. Eso ya es un caso para Iker Jimenez.
-Mirad-exclamó Sergio-he encontrado una tarjeta de identificación.
-¿Y qué dice? ¿Cómo se llama?
-No lo leo bien, pero creo que pone... Pulido.



Una vez parados en un pequeño bar de carretera, se reunieron todos y sentaron en el suelo al extraño.
Empezó a titubear con una voz débil y Jorge, con cautela, se acercó para intentar escuchar lo que estaba diciendo. Las palabras que pronunciaba eran indescifrables, parecía un idioma de cine de ciencia ficción de los años cincuenta, lo que hizo que otro miembro del grupo probase suerte para adivinar aquel vocabulario peculiar.
-Me rindo-exclamó Álvaro-no me entero de nada de lo que dice. No sé qué demonios dice.
-Atrás-gritó Carlos con gesto heroico-llevo años practicando este dialecto. Creo que es Jorgeflorezleño o Serranotalán. Dejadme oír. Habla, hombre de dios. Por la gracia del señor, habla.
-PORPOTUTUENEUXIOLO-contestó el extraño.
-Ajá, ajá.
-POPONUELARIBEFUROTO
-Entiendo, sí.
-¿Qué dice?-preguntó Álvaro. Es que no se le entiende cuando habla.
-No lo entiendo muy bien, creo que algo de Venezuela y
-LOQUENDOJUJUJOJQUISDEEQUISDEJUJOJOLOQUENDO.
-Sí, lo dicho. Que en Venezuela se vive mal, que un amigo de un amigo lo dice por Facebook.

En aquel momento los ojos del hombre se volvieron blancos, al igual que su tez. Empezó a salir una espuma verdosa por su boca y cayó, chocando su nunca contra el suelo. Todos pegaron un grito que sonó al unísono y se echaron dos pasos para atrás. El hombre, casi inconscientemente de lo que hacía, sacó un revolver con la culata de madera de su bolsillo. Los demás se tiraron al suelo para protegerse, pero no fue necesario. Llevó el cañón del arma a su sien y antes de apretar el gatillo, pronunció las únicas palabras con sentido del día. Dijo: "El comunismo mató a millones de personas" y disparó. Un sonido ensordecedor calló al grupo que miraba incrédulo el cuerpo yacente. Solo uno rompió el silencio en pro de mejorar el ambiente de aquella terrible situación.
-¡Cabrón! se suicida sin pagarme el desgaste de las ruedas del coche-dijo Álvaro.

Carlos cogió el libro que anteriormente portaba el muerto y comentó que era bueno marchar ya, dado que empezaba a bajar la niebla y eso no le daba una buena sensación.
Cuando llegaron a la cabaña, situada a las afueras de Gandía, Carlos exploró el libro.
-Dios mío, esto no tiene nada de sentido. Utiliza un lenguaje estúpido, parece algo hecho de mala gana, da repulsión solo el leerlo. Es el peor libro que he visto en mi puta vida.
-¿Estás leyendo el libro de los muertos que llevaba el tío ese raro?-quiso saber Álex.
-¡Qué cojones! estoy leyendo los libros de Federico Moccia de Álvaro. Que espanto, por favor.

Después de tirar los libros de Álvaro, Carlos cogió el libro forrado de piel humana, en el lomo se podía leer "Necronomicon sensato" bordado con un hilo negro y grueso.
-Que cosa más rara-se dijo para sí mismo. Acarició las suaves páginas del libro y se paró en una especial-palabras para la ilusión naranja-leyó. En ese momento observó unas cuantas palabras escritas con sangre, y sin pensarlo ni un segundo, las pronunció en voz alta.
-CUÑADUM-

Las ventanas se cerraron de golpe.

-ESPAÑUMUNAM-

Todas las luces se apagaron.

-AMANCIOORTEGANUS-

Sergio cayó de bruces contra el suelo.

-CHAVEZASESINOOOOOOO-

Y nada.

-Sergio-gritó Jorge
-¿Qué ocurre?-preguntó Álex
-Es Sergio, parece que se ha caído.
-Rápido, llevadle al cuarto de baño. Será el alcohol.
-De acuerdo-Jorge se dirigió a Sergio-vamos a llevarte al baño ¿vale?
-A-a...-intentó pronunciar Sergio
-Parece que quiere decir algo.
-A...a...Álvaro Ojeda es un gran periodista.
-Dios mío-gritó Álex-Sergio... Sergio está... Poseído.





Sergio fue atado al inodoro del cuarto de baño. Se produjo una atmósfera terrorífica, se percibía un hedor a podredumbre y el frío se imponía en la noche de verano. Los azulejos resbalaban y el agua que goteaba del grifo se congeló, formando una pequeña estalactita de hielo.
Sergio tenía unos ojos diferentes, demoníacos. Una piel agrietada, con heridas llenas de pus por toda su cara y un feo tono amarillento en sus dientes que rozaban a una lengua bífida recubierta de una baba pringosa.

-Sergio está poseído-volvió a decir Álex, más nervioso-tenemos que invertir las palabras que ha dicho Carlos para que vuelva a su estado normal. Y cuanto antes.
-No-la voz de Sergio era grave y retumbaba-no podéis hacer nada, podemitas de mierda, hijos de putas separatistas y antiespañoles.
-¡Espectro!-gritó Amanda-manifesta tu presencia.
-¿Quién eres?-acompañó Álex-Puede que sea un espíritu del Averno, del Tercer Infierno, del Mundo del Caos. Puede que le posea el Demonio o los espíritus del más allá e incluso Vlad el Empalador.
-EL DÍA DE LA RAZA SE CELEBRABA CON LA REPÚBLICA. NO HAY NADIE MEJOR PREPARADO ACTUALMENTE QUE EL REY.
-Vale, le ha poseído un cuñado.

Sergio sonreía con malicia y exclamaba frases tales como "Stalin mató a cientos de millones de personas", "Trae que tú no sabes" "Tu madre chupa pollas en el infierno" ó "Como Podemos llegue al poder nos veo como en Venezuela o Cuba".
Álex, con la ayuda de Amanda y Andrea, cogió el Necronomicon y buscó alguna solución al problema.
 -Rojos de mierda. Tenéis envidia porque Amancio Ortega es millonario y empezó de cero. No podéis hacer nada, podemitas. Asquerosas podemitas. ¡PIENSO JURAR BANDERA!

Tras pronunciar esas palabras hizo una arcada exagerada y llegó el caos. Un torrente de color amarillo salió disparado de la boca de Sergio impregnando todo el cuarto de baño de un vómito asqueroso. Empapó cada esquina del lugar, manchó cada ranura de los azulejos. Una masa llena de trocitos de salchicha a medio digerir se propagó hasta por el jodido cristal. Sergio realmente estaba poseído.

Aunque, bueno, para poseída Amanda que con un puto trozo de papel empezó a limpiar todo.

Acto seguido orinó en la taza del inodoro...Vale, en realidad el que se meó fuera fue Carlos.
Se confiesa. Sí, Carlos se meaba fuera. ¿Sabéis  lo jodido que es apuntar estando empalmado por la mañanas y luchar contra el  verdadero demonio del hombre? Hablo del temible doble chorro.

-No podéis parar el poder de un cuñado-graznaba Sergio al Noveno Cielo-TODOS SEREMOS CUÑADOS. TODOS SEREMOS CUÑADOS.
-Jorge, Álvaro. Ayudadme, tenemos que pronunciar el hechizo que devuelva a Sergio a la normalidad-Mientras, en ese momento, Sergio siguió vomitando, subiendo el nivel de la pota.
-No, Álex-contestó Álvaro-No podemos hacer eso. Todos somos cuñados.
Sergió siguió soltando trozos de salchicha por la boca y exclamando "VOTAN, TODOS VOTAN AQUÍ DENTRO. Y TÚ TAMBIÉN VOTARÁS. ES UNA OBLIGACIÓN CONSTITUCIONAL".
-¿Qué dices, Álvaro? ¿Jorge? Tú debes ayudarme. Álvaro también está poseido.
-No, Álex. No puedo hacer eso.
-¿Qué demonios?.
-VOTAN, ÁLEX-Siguió Sergio con su orgía de bilis-TODOS DEBEMOS VOTAR.

Y Amanda seguía limpiando.

-Nooo...Noooo-Gritaba Álex-Carlos coge el libro-le dio el libro-Di tú las palabras, eres el único que sabe dónde están. Vamos, aprisa. Ya no queda mucho tiempo.
-OSBORNE VOTA, RIVERA VOTA, LOS CATALANES NO DEBERÍAN VOTAR-El nivel de la vomitona llegaba ya hasta las rodillas. Empezó a calar a la vecina de abajo que suficiente  tuvo con escuchar a Carlos tocar la guitarra. Hasta llegar a un momento que les llegó a todos por la cintura.

Y Amanda lo seguía limpiando. En serio ¿qué cojones le pasaba en la puta cabeza?

-Hazlo ahora, Carlos, ¡ya!

Carlos cerró el libro bruscamente. Sergio sonrió.

-No, Álex. Todos somos cuñados y yo uno de ellos. Todos somo cuñados, todos somos cuñados y yo soy uno de ellos. Por cierto, ¿sabías que U2 fue uno de los mejores grupos de la música de los ochenta y que el capítulo de la mosca de Breaking Bad es una obra de arte?
- Bueno, esa es tu opinión.
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Seguía en la silla viendo a mi agresor levantarse después del relato que le conté. Aún no sabía quién era, por lo que me propuse averiguarlo con astucia.







-¡ARRIBA ESPAÑA!
-¿Qué dices?
-Vale, tampoco eres mi primo. 
-Bueno, amigo, ya ha acabado tu relato. Ahora creo que es momento de cumplir con lo prometido. ¿Cómo lo prefieres? ¿de arriba abajo o de abajo arriba?
-Espera, espera.
-¿Qué pasa ahora?
-Necesito saber quién eres. No me puedes dejar ahora con la duda, joder. Es de ser muy mal queda.
¿Eres Álex? ¿Te estás vengando porque te debo mucho dinero de Rock Studio? No, qué tontería...Déjame pensar. Eres una persona robusta, de mediana altura, con un acento misterioso. ¿Seguro que no eres Simona?
-Dios mío, voy a acabar ya con esto.
-¡Espera!  
-¿QUÉ?
-¿Eres Jorge Cremades?
-¿Qué cojones dices? ¿Por qué iba a ser él?
-Porque esto no tiene ni puta gracia.
-Carlos, me conoces. Me conoces desde hace mucho. Sabes quién soy, hemos pasado muchos momento, soy una persona de tu pasado. De aquella etapa en esa famosa urbanización. Solo debes recordar. Ahora, sintiéndolo mucho, es hora de finalizar lo que una vez me propuse.
-¡Tengo otro relato-grité-Aún no ha llegado mi momento.
-Esta bien, cuéntalo y acabemos ya.
-Eso haré. Eso haré, Andrews.





EL CUERVO SUDOROSO 







Una vez, en una melancólica medianoche, mientras yo cavilaba débil y cansado.
Sobre cierta discoteca llena de menores y con un vaso de ron en mi mano
Mientras cabeceaba casi adormecido con mi sonrisa arcaica de pervertido
Se oyó un gritito. 

"Será algún visitante", refunfuñé, que se ha perdido en medio del mogollón.
Solo esto y causa del calor.

Entonces mi alma cobró vigor; y ya, no vacilando más,
"Señor", dije, o "Señora" (Que el colectivo feminazi está que salta últimamente)
"Sinceramente imploro vuestro perdón;
Pero la verdad es que estaba bailando y apenas estaba seguro de haberos oído"
-Y entonces observé tras la pista de bailar-

Tinieblas y nada más.

Llegué a la pista de pachangueo y con mucho retozo y aleteo,
Saltó dentro un soberbio Cuervo de color negro.
No me hizo la menor reverencia; ni un minuto se detuvo o paró,
Sino que con un aire de votante pepero se emperchó en la tarima y posó.

Lívido, torvo y antiguo Cuervo extraviado de la Nocturna ribera,
"¡JODER, QUÉ PUTO CALOR!" Habló.

Nada más profirió; no agitó ya ni una pluma.
Solo hablaba de cuantísimo suda.

Así me estaba sentando enfrascado en mi cavilar, recordando aquella estación de invierno.
El Cuervo, de derechas y español de nacimiento, graznó;
"ESTO ES LA SALA DEL INFIERNO".

Entonces me pareció que el aire se adensaba, perfumado por un invisible incensario,
Mecido por Serafines a las cuales Jorge protegía bailando y danzando.

-Tregua,-tregua y nepente ave de ébano,
"Desventurado", grité, "Tus seguidores de Instagram te han abandonado"
Y tu cuerpo de pasta de dientes se encuentra repleto.
Repitió el Cuervo: ¡QUÉ GRACIA, ¿EH?, QUE PUTA GRACIA.


"¡Profeta!", grité, "¡Ser maléfico!"-profeta, sí, seas pájaro o demonio,
Ya te enviaré el Tentador, ya la tempestad te arroje, con los de Gandia Shore.
No era más que un ave rapaz sin tener destreza alguna,
Volvió a hablar: ¡PORQUE TU MADRE ES PUTA!

"Húndete de nuevo en la plutónica noche y ve al apartamento,
No dejes ni una pluma en prenda de esa mentira, ni un panfleto de C´s para el tormento.
Deja inviolada mi soledad, deja de retuitear a Ruffles de Jamón".
Repitió el Cuervo: "JODER, QUÉ PUTO CALOR".
"No, por favor" Grité yo.
"LA TENGO MORCILLONA" Profirió él.
"SOIS LOS MÁS GRANDES CHICOS, TODO LOS PROBLEMAS SE ACABAN ESTANDO UNIDOS" Dijo... Jorge.

Nota: Álex dijo "que te enchufo" pero eso no da miedo, solo provoca una sonrisa.

Y el Cuervo sin revolotear ya jamás, está hablando de política todavía,
Sobre el busto de Palas compartiendo post en Facebook todo el día.

Y la luz de la lámpara derramándose sobre él proyecta su sombra en el suelo;
Y mi alma, fuera de esta sombra que yace flotante en un blog que da vergüenza leerlo,
No se levantará-¡NUNCA MÁS! A causa de ese calor en crecimiento,
En aquella sala, LA SALA DEL INFIERNO.




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-¿Y bien?-pregunté a mi secuestrador-¿Qué te ha parecido este relato? Creo que con esto me he ganado mi libertad. Vamos, no es por darmelas, pero una persona que haga honor de esta manera al gran Poe se merece la libertad.
-¿Poe? Pero si has copiado el capítulo de halloween de Los Simpsons.
-No, no. A ver. Yo soy amante de la literatura, me encanta y he querido plasmar...
-Que no cuela, tú has copiado el capítulo del Cuervo.
-Que te juro que no. Que también me gusta la música clásica y todo eso.
-¡Dios mío!-exclamó-No hay tiempo, mierda. Debería haberte matado hace ya tiempo.
-Andrews, Andrews, por favor, no puedes matarme, te lo ruego.
-¿Andrews? ¿Quién ha dicho que sea Andrews?
-¿Simona?
-¡Que no soy Simona!
-Una última historia. Te pido que me dejes que cuente la última de todas. Te prometo, te juro, que será las más terrorífica. Después de escucharla tendrás pesadillas para el resto de tu vida. No has escuchada nada igual que lo que me dispongo a contar.
-La última.
-Nuestra siguiente historia se titula...








HORROR EN LA NOCHE DE LA MUERTE INFERNAL IV



No existe fuerza humana ni dios alguno que pueda entender lo que sentí en aquella noche de horror.



JORGE COCINANDO ARROZ.

FIN.
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-¿Ya?-preguntó-¿solo eso?
-Se nota que no cataste esa argamasa del demonio.
-No puedo seguir así, tengo que matarte ya. Son las reglas.
-Ya no llegas al dentista, ¿eh?
El maníaco se levantó como un rayo y estuvo dando vueltas por toda la pequeña sala de una forma muy agitada. No hacía mas que repetir que el tiempo se acababa, que iba a fallar su prueba. No sabía de qué diablos hablaba. Se paró en una esquina y comenzó a reír como un verdadero loco. Se dio la vuelta y empezó a acercarse lentamente hacía mí. Había llegado al culmen de su psicosis. De nuevo, enseñó el arma blanca que desprendía destellos de luz a causa del reflejo de la vela moribunda. Me cogió de la nuca y tiró mi cabeza hacia atrás, haciendo vulnerable mi cuello. Parecía nervioso, casi tanto como yo. Puso el filo de nuevo en mi garganta y fue cuando empecé a sentir una punzada seguida de un chorro pequeño de sangre.
-Por dios para, para.
-Solo hay una forma de que te salves, Carlos.
-Haré lo que sea, te lo juro. Por favor, no me mates. Mata a David el Rumano, él se lo merece.
-No voy a matar a David el Rumano.
-¡PORQUE ERES SIMONA!
-¿Te crees que no voy en serio? ¿Crees que es una broma? He matado ya a algunos seres queridos tuyos.
-¿Quienes?
-He matado a amigos tuyos como a Santi o el otro colega ese raro que usa camisas Hawaianas.
-Nooooo monstruo, canalla.
-He matado a tu perro Thor.
-¡Maldito hijo de puta! maníaco de mierda, cabronazo.
-Y he matado a tu perro Robin.
-... Ah. Eso incluso lo puedo llegar a entender. Por favor haré lo que sea para salvar mi vida.
-¿Incluso jugar a un juego?
-Mientras que no sea el FIFA.
-Jugaremos a un juego, el juego al que estoy jugando yo. Te propongo esto; cuenta tu último relato y si me convence, no te mataré. ¿Aceptas?-Un olor a colonia barata me llegó.
-Acepto, por Dios, acepto. Solo una última cosa;
-NO PIENSO AFEITARME LA PUTA BARBA.

SMILE 




Amanda Anderson se encontraba delante del espejo de su cuarto de baño, mirando fijamente su reflejo y con la firme decisión de pronunciar unas palabras bastante peculiares.
"Smile", "Smile" "You will Cry". Un escalofrío le subió por el espinazo, pero siguió contemplando su mirada en aquel cristal, esperando algún suceso paranormal. Pero no ocurrió nada. Solamente se escucharon las risas de sus amigas.
-Os dije que era una tontería-dijo mientras sonreía a sus compañeras de fraternidad que se encontraban detrás-El Chico de la Sonrisa es un cuento de brujas.
-Bueno, teníamos que probarlo, ¿no?-Añadió Andy Thick, la animadora del grupo-Pero estoy segura de que es verdad lo que cuentan. Me jugaría la vida.
-¿Qué historias cuentan, Cindy?-Preguntó una tercera chica, de estatura baja y medio cegata.
-¿No conoces la historia de Charly Smiling? Pobre chica, sus victimas preferidas son aquellas inocentes que no creen. Te contaré su historia. Charly Smiling era un niño poco sociable. Tuvo una infancia difícil. Su madre le abandonó antes de que él naciera y su padre lo perdió cuando apostó a que su negocio de copas saldría a flote. Cuando fue más mayor, estuvo todo un verano en un viejo campamento de verano en Cristal Lake, lugar en el que sufrió todo tipo de abusos. Los chicos del lugar se metían con su forma de jugar al fútbol, de correr,y sobretodo, de su manera de bailar. El día en el que floreció su locura cayó en Halloween, fue internado en un hospital psiquiátrico en un pequeño pueblo de Segovia del que se escapó siendo adulto. Ahí cometió su primer crimen. Un quearteback del equipo de fútbol, bastante guapo aunque un poco flipado. Sus últimas palabras fueron: "Me ha destrozado". Y no paró ahí la cosa. Días más tarde se cobró a otra de sus victimas. Bien es cierto que estaba un poco quemado por su novia, pero cuando apareció Charly su vida se destrozó por completo. Desde ese instante, cuenta la leyenda que se le puede ver por las discotecas, con un vaso de ron en la mano, y fijando su mirada siniestra en sus victimas. Y si lo quieres invocar solo hace falta pronunciar sus palabras. Aquellas palabras que Amanda ha pronunciado... O ser guiri. Si eres guiri también se te aparece.

Se hizo un silencio.

-¿De verdad que eso pasó?-Preguntó de nuevo Beth Milk.
-Bueno, bueno-continuó Andy-Solo son leyendas como la leyenda del espíritu de Álex, que vaga por las discotecas dando vueltas y pillando.
-Más que un espíritu parece un fantasma. 
-Casi tanto como el que se tiró a todas las de su universidad de pedo y a pelo. El caso es que Amanda ha pronunciado las palabras y ya sabéis lo que significa.
-Cállate, Andy-escupió Amanda con cierto enfado-Tus historias aburren.
-Pero, pero ¿qué es lo que te hace ese tal Charly?
-Charly Smiling no te asesina, él te hace algo peor, mucho peor.
-¿El qué? ¿Qué te hace?
-Te hace llorar. Pero son cuentos de halloween, ya lo sabes. Lo importante es a quién vamos a llevar al baile de fin de curso.
-Yo quiero llevarme a George Castle.
-Entonces te tendrás que enfrentar a otro asesino en serie.
-¿A quién?
-A Sara  La Ni Se Te Ocurra Acercarte A Mi Chico.
-Casi que me hago Tinder Social.

-Amanda, nosotras te esperamos en la discoteca. Acaba de arreglarte y ya cuando estés lista, nos encontramos.
-Está bien, os espero ahí.
-Y ten cuidado con Charlieeeeeeeeeee-dijo Andy poniendo voz fantasmal.
-"Que te den"-pensó.
Se volvió a mirar al espejo, y con una sonrisa tímida se puso a pronunciar otra vez las palabras.
No ocurrió nada. Aquel fue un gran ejercicio para reafirmar su escepticismo. Se echó un poco de perfume, se ajustó un poco el pecho (jé) y fue directa a la puerta, pero cuando agarró el pomo para salir, escuchó un sonido en forma de susurro. No le dio importancia alguna, salió segura de ella misma, no hizo falta ni cerrar con llave. Iba a ser una noche legendaria...O eso creía.

Anduvo por la calle de camino a la discoteca. Era una noche cerrada, sin Luna y sin estrellas. Las farolas no se encendieron y la única luz que lucía era la de la linterna de su móvil. El viento helaba sus huesos y decidió coger un atajo, el que traspasa el Bosque de Gandía. Resopló una ligera brisa con aquel susurro de antes, esta vez creyó escuchar lo que decía: "Nuuuuncaaaa dejeeees de diertirteeeeeeeeee". 
Giró la cabeza, sus ojos se volvieron  tan grandes como platos de una vajilla de porcelana. No había nada, absolutamente nada. Su paso se fue acelerando hasta llegar al trote, cada vez más rápido.
Y siguió escuchando una voz fantasmagórica; "Leeeeeeee miiii blooooooooog"
El horror se apoderó de ella cuando lo observó.















"Sooooooy Psicólogoooooooooooooo"
Aulló con una voz aguda, cayó de culo y una rama le hizo una herida superficial en la pierna que apenas notó. Paralizada intentaba ponerse de pie, pero sus nervios traicioneros la dejaron quieta en el sitio. Los ojos comenzaron a enrojecerse, lo que le provocó un picor. Una vez en pie, corrió como alma que lleva el diablo. Apartando cada arbusto por su paso. El corazón le latía a mil por hora. 
-No llores, no llores-Se decía-Y por favor, no mires atrás-Se adentró en lo más profundo del bosque, la zonas se volvió pantanosa y la humedad era agobiante.
Y de nuevo ese susurro; "Nadaaa termina hasta que tú sientes que terminaaaaaaa". 
Cayó otra vez al suelo, a causa de un tronco mal situado, y el fémur salió de dentro hacia fuera desgarrando su piel. El grito fue sordo y ya casi sin vida. Podía ver la discoteca, solo tenía que gritar, pero no le quedaban fuerzas. El barro, el musgo y la hierba se tiñeron del color de la sangre en la oscuridad de la noche.
LA SONRISA SE VOLVÍA MÁS AMPLÍA.


Una lágrima le brotó de su ojo derecho. Arrastrándose, hundiendo sus manos en el barro, se intentaba desplazar. Su impotencia la devoraba por dentro.
La mirada de pervertido seguía. Charlie Smiling movía la cabeza como el perrete ese de los coches de los años ochenta (era su forma de bailar) Amanda Anderson suplicaba por su vida. Pero a él le daba igual. No aguantó más el dolor, y después de llorar con toda su alma, puso fin a ese intento de huir, quedando rendida a merced de su fatídico destino.

Pero una luz celestial hizo que la criatura se tapara los ojos.
-¡Atrás!-gritó aquella persona-¡Atrás te digo!". El asesino intentó abalanzarse como una fiera, pero la luz era tan potente que siguió retrocediendo y maldiciendo al extraño héroe. 
-¡ATRÁS!-Portaba un disco de "Los Planetas".


Y desapareció.
Amanda Anderson estaba tendida en el suelo, desangrándose y pidiendo ayuda. Aquella persona se acercó, hizo un torniquete y la calmó con suaves caricias.
-Ya está, todo ha terminado-dijo.
-¿Qu-quién e-eres?-Quiso saber ella-¿Quién eres?
-Nadie-Guardó el disco.
-Dímelo, te debo mi vida.
-No soy nadie. Estaba con unos amigos  en la discoteca, y decidí ir a dar una vuelta.  
"Si yaaaa lo sabíaaaa yoooooo".


..................................................................................................................................................................

-¿Por qué no me dices de una vez tu nombre?
-En todo este tiempo solo has hablado, pero no has escuchado nada. Ya sabes quién soy. Te he dado las pistas, pero tu humor y tu ansia de conocer la respuesta sin pensarla te ha cegado.
-Es imposible que te conozca, habrías salido en el blog.
-¿Y no lo hice? 
-Suéltame, acabé el relato y te gustó-Finalmente la vela se apagó haciendo que  la oscuridad invadiese la sala. No obstante, sonó un "click" mecánico y unos focos de luz blanca se encendieron en el techo, iluminando el lugar en su totalidad. Al fin pude ver dónde me encontraba. No era una cabaña como creía, sino un local, un viejo local llenó de recuerdos. 
-Sí-Continuó-tienes razón, no te pienso matar... Pero tampoco voy a salvarte.

Me desató la manos con el cuchillo, intenté abalanzarme hacía el, pero al seguir teniendo atadas las piernas a la silla, caí de lado.
-¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES?
Se metió la mano en el bolsillo de la gabardina, pensé que ese era el final. Un arma de fuego y fin a todo. Estaba condenado. Aunque lo que vi se alejaba totalmente de lo que pensaba. Sacó una grabadora de un color gris y dio a la tecla de play. Una voz sonaba, una vieja voz con un acento más reconocible sonaba.



-Hola...Carlos. 
-Tú.
-Si estás escuchando esta cinta es que has fracasado y si estás poniendo la voz del de Saw es que tienes un problema importante. El caso es que "Has fracasado". 

En ese momento se empezó a quitar el sombrero, las gafas, las gabardina, y dejó ver quién realmente era. Una persona de mediana estatura, piel morena, con tatuajes....
Una cosa, antes de desvelar el malo de la película, quiero anunciar dos cosas;
1) Sí, fui yo el que se meaba fuera. Eso no es ficción.
2) En los últimos meses he estado un poco de bajón, pero no es nada por lo que preocuparse. A donde quiero llegar es a que necesito dar una última fiesta. ¡Ya lo sé! dije que se había acabado, pero cojones, acabo de recibir una gran noticia que es la que me ha impulsado a hacer este capítulo lleno de pequeños detalles y agradecimientos (que ya os iré desvelando). Bueno, que la cosa está tensa. Aunque, joder, creo que es evidente que el "malo" es Damián el gitano.
Perdón por la interrupción. Y eso, dale a like si te gustó lo de la fiesta, subscribete a mi canal y deja comentario si crees que va siendo hora de que deje de dar vergüenza ajena cada vez que subo un capítulo. Ah, se me olvidaba, también pienso contar lo de Magaluf. Besis.

-Te dije que algún día te encontraría. Te dije que me dejases llamar con tu móvil. Pudiste salvarte, pero cuando te enfrentas a un gitano andaluz tienes las de perder. Como Pedro Sánchez.
-Eres tú. eres...
-Sí, soy yo-Y por fin se dejó ver al completo.
-¡Simona!
-La mayoría de la gente hace vida normal sin necesidad de hacer blogs de mierda, pero tú no. Desgraciadamente no-Se fue al final del local, abrió la puerta y apagó las luces-Fin del juego.

Y cerró la puerta, dejándome ahí con mis gritos, mis pensamientos, y mi soledad (y con el coño de goma que me quedé de Rock Studio). Toda realidad desapareció. Solo sabía que...
Era de noche y hacía un frío otoñal.












viernes, 7 de octubre de 2016

COMO LA VIDA MISMA. Capítulo 72. Preludio de un viaje


PRELUDIO.











Chicos, cuando aquella mañana me desperté y encendí el ordenador-aún con legañas en los ojos y ese sabor seco y pastoso en la boca-me llevé uno de los palos más duros de mi vida. Y es que, después de todo, no iba a ser psicólogo. Uno de verdad quiero decir.
Estaba mi nota ahí puesta, junto a las carreras que podía acceder. No saqué mala nota, ni mucho menos, pero en aquel año psicología dejó de pertenecer a mi rama, por lo cual me era muy difícil acceder a ella. No obstante, todas las demás asignaturas que elegí en puestos secundarios estaban disponibles. Así empezó lo que sería mi gran, gran odisea por ver dónde cojones acababa.
Y no, no iba a ser en la Asesoría de mi padre.
Pero antes de eso...



-No voy a ser psicólogo, Irene. Joder. Después de ligar diciendo que soy uno de ellos, después de hacerme el chulo delante de mis amigos diciendo que tenían trastornos que no existen, después de tratar a un paciente con un desorden depresivo diciendo que era psicólogo.
-¿Qué?
-Nada, nada.


El tío ahora está muerto.

Hasta que tuve el bar, Irene, mi psicóloga, venía a mi casa. Pero el ambiente del lugar empezó a ser irritante. Entre los ladridos de un perro que aparenta ser un pastor alemán, pero parece de la marca Hacendado, una hermana que estaba en la preadolescencia y escuchaba Auryn, y una asistenta rumana que creía que la magia gitana era mejor resultado que cualquier terapia cogntiva... Pues era un lío. Por eso ahí estaba con Irene en un bar mugriento, con poca luz, y con un nombre por fin; RocknRolla. Así se llamaba antes Rock Studio. Luego me denunciaron, pero ya os lo contaré.

-Y por eso me encantaba hacer el dinosaurio cuando era pequeño-dije a Irene-Incluso, a veces, cuando no me ve nadie, levanto los brazos, achino los ojos y hago: "Grrrrmmmmm Ahhuu Ahhuuu ggmmmmrr shh sh" ¿Qué cree que puede ser eso, doctora?
-¿A qué viene eso? ¿Qué tiene que ver con lo que me has contado antes?
-Creía que tenía que ver.
-No. Para nada.
-Ah, ¿entonces solo soy tonto?
-Vamos haciendo progresos.







-Bueno, empecemos la sesión de hoy-Irene era una chica encantadora, atenta y sonriente. Una de esas personas que podemos decir que nació para ejercer lo suyo. Tenía algo, un don o simplemente estudios, pero tenía algo que hacía que las terapias o "charlas de bar sin barra" como ella decía, fuesen realmente increíbles. No se dejaba llevar por lo escrito, imponía sus métodos, y de una manera productiva y con buena praxis. Aquella vez la vi especialmente radiante, una psicóloga, una de verdad-¿Cómo te sientes tras esa noticia?-volvió a decir. Típica pregunta que suelen decir todos.
-¿Cómo quieres que me sienta?
-Expresa como puedas-dijo.
-Vale. Grrgggggg ggrggg ñiiiiiiñiii AHUUUM AHUUM AHUMMM Ggmm.
-¿QUIERES DEJAR DE HACER EL PUTO VELOCIRRAPTOR?
-Sí, mejor. Ha sido como si un boxeador me golpease en la nuca, un directo, ahí. Con toda la fuerza. No me lo esperaba, creía que lo tenía, creía que lo iba a ser. Y pum, puñetazo, jarro de agua helada en la coronilla, como quieras llamarlo. No se me ocurren más metáforas.
-¿No has conseguido la nota?
-No, Irene. Al presentarme por ciencias sociales ninguna asignatura me vale. Tengo una nota buenísima, pero no me sirve de nada, de nada.

Como la crema reductora de grasa abdominal.

-Tendrás otra idea en mente, ¿no?
-Puedo entrar en criminología, pedagogía, sociología. Puedo entrar en lo que me dé la gana de esa rama, y no es lo que quiero.

Ella guardó silencio.
-Puedes entrar en magisterio, es una carrera estupenda.
-Tienes razón.

Y nos descojonamos a más no poder.


-Hay varias universidades-volvió a decir-Pero son caras, no te voy a mentir. Lo que no sé muy bien es si te podrán coger a estas alturas.
-¿Cuál conoces?
-Conozco varias. Una está en Alcalá, otra es la de Comillas. Y hay otra que no me acuerdo del nombre, pero es adscrita a la Complutense. Está cerca de Avenida de América. Te puedo encontrar el número si quieres.

Y aquí empezó la dicha odisea.

Por otra parte, seguía quedando con Raquel, aquella chica amiga del traidor del grupo. Como bien os dije, era una chica increíble y cuando digo increíble quiero decir que no se asustaba cuando le contaba anécdotas sobre el maquillaje empleado en la película "Alien". No echaba a correr cuando me daba por decir que tenía un Charizard al nivel 57, y tampoco me puso una mirada extraña cuando le propuse tener una cita en el Museo de Cera. Podría decir que incluso se mostraba ilusionada.
Era curioso, había topado con una chica con mis mismos gustos. Y con esto quiero decir que era una puta friki al igual que servidor.
De hecho, aquella noche en la que ambos imitamos a un velocirraptor le propuse matrimonio. Y chicos así fue finalmente cómo conoc...
Hasta septiembre de ese año no me toparía con una persona que de verdad imitase a uno de éstos. Ya llegaremos.






-¿Qué tal las cosas con Raquel?-preguntó Jorge mientras tecleaba su celular. Por esos días ya se hablaba con Sara, aquella chica de la que en un momento posterior se enamoraría.
-Bien, la verdad que, joder, curiosamente bien. ¿Sabes cuánto hacía que no quedaba más de tres días seguidos con una mujer? Macho, si creo que la última que salí a tantos sitios con una mujer fue con mi abuela cuando me obligaba a ir de compras.
-Me alegro-Y continuó con la mirada puesta en la pantalla y soltando una sonrisa pícara de vez en cuando.
-¿Y tú?
-¿Yo qué?-Alzó la mirada y frunció el ceño.
-¿Tú qué tal con la chica esa? ¿Va a ser otra de tus víctimas? FuckerJorgemon ataca de nuevo. Madres guarden a sus hijas. Hijas guarden a sus madres.
-Mira que eres tonto.

Aquella palabras me rebotaron, sonaron de verdad con cierta tonalidad de indignación. Jorge se estaba pillando, Jorge estaba digievolucionando a un ser perfecto. Un cuñado votante de Ciudadanos casado con la mujer de su vida es la definición. Nacía JorgeCasadomon.

-¿Y al final qué vas a hacer con la universidad?-preguntó de nuevo, luego volvió a bajar la mirada para seguir escribiendo.
-No lo sé, tío. De verdad que no lo sé. Por cierto, dentro de nada nos vamos de viaje. Seguro que será legendario.


Aquel verano de 2014 fue bastante curioso para mí. No por el hecho de que no me tuve que presentar a septiembre, sino por el hecho de que pude llevar a cabo mi regla de las citas.

Creo que esta escrito en la Biblia o tal vez en el Corán... No sé si hacer chistes de esta índole es recomendable tal y como están las cosas. Me refiero al terrorismo (Torres Gemelas, el ISIS, y los grupos como Vetusta Morla.) Bueno, da igual... Lo que quiero decir es que existe una regla que se debe cumplir siempre que tengas una cita y no sea una persona loca de esas que existen en Tinder, Badoo o la página de contactos que te recomienda YouPorn. Sí, haced como si no la conocierais.

Primera regla: La primera vez que quedas con una persona, tienes que hacerlo en un sitio íntimo, cercano, una tenue luz y una música agradable, ligera. Vamos, que no quedes en un puto Burguer. Es decir, la primera cita tiene que ser en un lugar muy pintoresco y mierdas de esas. Ahí debes mostrarle a tu pareja, a tu víctima o a tu señorita de compañía tus encantos, tu oratoria (Salvo que seas Jorge Florez) y siempre poner una mirada de Mario Casas. Sí, es importante mirar como mira Mario Casas. Cabeza al suelo y ojos mirando arriba como un pobre cachorrillo a punto de morir en la carretera. Funciona, juro que funciona. Mirad a Mario Casas. Un tío sin puta idea de actuar que está en todos lados. La mirada funciona.
Otra regla a llevar a cabo es que la cita no puede durar más de tres horas. Para nada. Mal si dura mucho. Es sencillo de explicar: Debes crear un deseo de que la otra persona vuelva a quedar, que se quede con esa pequeña sensación de "Oh, joder... necesito volver a quedar otra vez"

Una vez pasada esta cita, si la persona te habla y te pide de quedar, enhorabuena o le has gustado o se ha percatado de que fue quien pagó la cuenta la primera cita. En el caso de una segunda, se debe ir a un sitio original, molón. Yo fui al Museo de Cera de Madrid. ¿Qué mejor lugar que un sitio donde se dé una patada en el culo al Arte? Y funcionó. Nos reímos como el público de La Ruleta de la suerte pero sin llegar al nivel patético de destrozar canciones famosas.

Si hay segunda cita, habrá tercera cita. Aunque no siempre, lo mío con Daniela un año después sirve de ejemplo, pero me estoy yendo de nuevo hacia adelante.
La tercera cita ya tiene que ser especial, y así fue. Fuimos a Dubliners después de ir a ver "Alien".
Las cosas iban de puta madre. Además, ese verano era más que especial, me iba de vacaciones con mis mejores amigos a Gandía. El bar iba de lujo por aquella época, tenía trabajando a mi primo, el drogadicto de Jose, y con una nueva incorporación, Jorge Florez.

Dos días antes de poner rumbo, contacté con la universidad que me dijo Irene. Estuve todo el verano buscando una pública que me cogiese, pero no fue el caso. Me tuve que decantar por una privada para mi desgracia. Llamé y una mujer me cogió el teléfono.
-Centro Cardenal Cisneros-habló con voz mecánica.

Chicos, iba a ser psicólogo.
No me gusta hablar de dinero y mucho menos del timo que es aquella universidad dado que tal vez el director puede que me esté leyendo y me expulse. Pero me cago en la puta. Son 5.800 euros más lo que tienes que pagar a la UCM. Joder, por esa suma de dinero creía que iba a ir a un campus de la hostia con Oxford o Brown. Pero já, que iluso que era. Que puto iluso que era...






Quedaba un día para la partida. íbamos los cinco de siempre acompañados de Amanda, Andrea y el novio de ésta, Pulido. Una semana de fiesta y fotos que provocan vergüenza ajena de Álvaro para Instagram. Metí unas cuantas camisas, tiré unos pantalones cortos a la basura dado que ese año engordé como un jodido cabrón, olí unos calcetines de hace dos día y como emitían un hedor que echaba para atrás, les di la vuelta y para la maleta. Eso lo hemos hecho todos.
No faltaba nada pata irme. Saqué a Thor como cualquier otro día normal, dejé la plasta de mierda en la acera, hablé con Raquel de volver a quedar tras mi vuelta, y recibí una llamada de aquella misma mujer de voz mecánica.

-Buenos días ¿Hablo con Jose Carlos Serrano?
-Sí, soy yo.
-Buenos días le informo de que ha ocurrido un problema en su solicitud.

A aquel problema se le sumó otro. Me llamó mi primo y me dijo que dejaba el bar por ciertos problemas ajenos, dejándome con el culo al aire sin saber a quién dejar el negocio. Pero lo que de verdad me hizo pedir una consulta de emergencia a Irene  fue cuando, con ira y rabia, abrí un cajón que hacía años que ni siquiera miraba y encontré una pulsera negra que pertenecía a alguien de mi pasado. Y todos los problemas se volcaron a lo que únicamente pude decir: "Que gran capítulo me va a salir de esto".

miércoles, 10 de agosto de 2016

COMO LA VIDA MISMA. Capítulo 71. Choque de administradores












-¿Lo sientes? ¿Sientes cómo atraviesa mi cuchillo tu carne?
-A-a-alex, no lo hagas. P-por fa-avor. Te lo suplico. Aún estás a tiempo de cambiar todo no-no hagas esto, tú no eres así.

Lo cierto que un poco jo´puta sí que es.

-Maldito "puser" tu reinado  de mierda terminó-Alejandro clavó el puñal más hondo y esbozó una sonrisa arcaica mientras la sangre caliente le mojaba la mano- Ya se acabó, ahora descansa y contempla el derrumbamiento del Queroseno. Tú religión, tu maldita religión solo ha causado problemas a nuestro grupo, y no lo debo permitir. ¿Sabes? en el fondo eres como yo. No somos como las otras personas que se conforman con estar en un grupo, no. Nosotros somos más que eso.

Alejandro sacó el puñal y lamió la hoja afilada dejando un fino hilo de sangre en la comisura de sus labios. Miraba irónicamente y de nuevo puso la sonrisa de hater de mierda que suele poner cuando sabe que lleva las de ganar (que son pocas veces, pero le hacía ilusión)

-Una nueva era comienza, y te juro que campeonaremos, todos campeonaremos.

Fueron las últimas palabras que escuchó aquel joven antes de que el Pequeño Dictador clavase el arma otra vez. El Traidor, el Enano, el puto mameluco de Álex, era el dueño de nuestro grupo de WhatsApp. Diréis que vaya tontería para escribir un blog, pero resulta que me estoy quedando sin ideas, por eso mismo voy a adornarlo un poco.

Unas semanas antes.

Era la primera noche en mi bar, como os dije en el anterior capítulo, aún no teníamos nombre ni nada, pero a pesar de todo, estaba en la puerta, sudando, temblando y con la misión de meter gente mientras mi compañero Adnan aguardaba en la barra.

Tiene cojones que siendo el dueño del bar me estuviese comiendo yo el curro.
Luego aprendí el  noble oficio de ser un verdadero burgués jodiendo al proletariado.

-"Vamos a ver, Carlos"-Me decía a mí mismo-"Es sencillo, muy sencillo. Solo tienes que parar a unas personas, saludarlas, tal vez gastar una broma sutil y ofertar las copas. Es shimple. Creo que un futuro psicólogo podrá hacerlo bastante bien. Vamos a ello."

-Bu-bu-buuuu-e-nasss.
Dos personas se pararon ante mi saludo y me miraron fijamente.
-H-hola.
Seguían mirándome. Y yo, pobre de mí, comencé a sudar por cada extremidad de mi cuerpo. No es sencillo, es peor que exponer en clase. Por lo menos cuando en clase tienes una exposición, no te escucha ni el profesor.Aunque siempre hay un rarito que toma apuntes. Esto era distinto, tenía a dos personas con los ojos abiertos esperando a que dijese algo que no fueran los gruñidos de una persona con esclerosis lateral amiotrófica que estaba soltando..

Vale, aquí me he pasado.


-Bueno-dijo una de las personas-¿Qué nos ofertas?

Paralizado, me quedé paralizado. No, peor que eso. Me quedé confuso, tanto que me herí a mí mismo. Se nota que seguimos con la mierda del Pokemon Go.
No conocía las ofertas. No teníamos ofertas, joder. No sabía ni qué narices vendíamos.

-¿Tenéis Santa Teresa?
-"¿Que narices es eso?"-Me dije en voz baja-"No te pongas nervioso, no te pongas nervioso. Muévete, pedazo de mierda. Diles que aquí vendemos cerveza, y haz que entren al puto bar. Vamos, mueve el culo, joder".


Y...





























Sí, creo que me estoy pasando demasiado.
Vayamos un poco más adelante.


Unos días después.

Los primeros días fueron nefastos. Con suerte podían entrar unas cuantas personas contadas y únicamente tomaban dos copas al precio de una gracias a una oferta que me inventé. Un prodigio del marketing; el 2x1.
De todas formas, no era suficiente y mis dotes como relaciones dejaban mucho que desear. Ah, por cierto, creo que Jorge por esos días ya estaba conociendo a Sara. Como dato.
No funcionaba. Necesitábamos un relaciones, alguien que de verdad supiese cómo iba el cotarro del lugar. Adnan me dijo que conocía a alguien, al mejor sin duda, como dijo él. La persona que nació para eso.

-Pues yo conozco a un relaciones que es el puto amo, pero eh... Increíble. Te juro que es un puto loco pero no hay nadie mejor que Jose.

La leyenda de cómo conocí al relaciones de Rock Studio está a punto de ser mostrada.

-¿Pero cómo es? Espero que no sea ningún pintas.
-A ver, no te voy a mentir-Lo hizo-No es un pijo de camisa, pero no es un pintas. Pero, eh, te juro que es el mejor de todos.
-Bueno, bueno. Está bien, dile que venga mañana. Además así empezará con la nueva. A ver qué tal se nos dan esos días.
-Con Jose el Relaciones te aseguro que muy bien.


Al día siguiente yo aguardaba en el bar, hablando con la chica nueva. Se llamaba Disha y era de un país del este de cuyo nombre no tengo ni puta idea. Seguramente sea de esos que solo aparecen en la galas de Eurovisión. Era una chica larga, muy larga, delgada y con un rostros caído y triste. Pelo pajizo, mirada inexpresiva y a riesgo de ser machista, plana como una tabla de planchar. No es machismo si en tu descripción de Tinder te declaras feminista. Como otro dato.
En ese momento alguien o "algo" abrió la puerta...


-Hola-gritó-¿Eres Jorge?
-Dios de mi vida.

 Un hombre, por así llamarlo. Con una barba de tres días, pelo largo y sucio. Una mirada perdida, como la mía cuando bebo demasiado. Llevaba puesta una camiseta posiblemente de la época de la Movida, unos pantalones anchos color caqui (he tenido que buscar en Google el color caqui) y medio rotos. Desprendía un olor peculiar, por no decir que olía a sudor, orina y  marihuana en plan concierto de rock. Un tío sin luces, poco avispado, seguramente no sabía ni dónde coño estaba. Pero ahí se plantó, delante mía, con aquella sonrisa que le delata, la baba se le caía y volvió a hablar.

-¿Eres Jorge?

Y así fue cómo conocí a Jose.

-No,no. Soy Carlos, Carlos. Hola, Jose. Supongo que serás el amigo de Adnan ¿Qué tal? Si quieres te explico cómo va todo.

Una larga pausa.

-Eeeh sí, sí... Dime.
-Ahora tenemos una promoción que es un 2x1 en copas. Solo hay que decir eso.
-Sí, sí.
-Ponemos rock, alternativa y cosas así ¿Vale?
-Sí, Jorge, sí.
-Carlo-Sonreí.
-Sí, sí. ¿Cuándo empiezo?

Sí de algo estoy orgulloso de contar en este blog son las hazañas de este hombre. Pero ya llegaremos a ellas.

-Pues hoy mismo ¿te parece?
-SÍ, JORGE.

Tardó nueve meses, nueve putos meses en aprenderse mi nombre. Ya llegaremos a ello. Pero ahora hablemos de la historia que se conoció como El Choque de Administradores.
Es normal si ahora mismo sentís que se os eriza el vello, se llama vergüenza ajena ante estas frikadas que suelo subir.

Varios días antes.







Como bien sabéis, lectores, yo ya no era el administrador, lo era el fascista de Álex, por la tanto ese poder ya no lo tenía. No obstante, el grupo se seguía llamando Queroseno aunque yo renunciase a tal nombre. Luego volví...
Un día, el grupo y yo, anduvimos por donde siempre solemos salir. Aquella vez nos encontramos a una persona. Álex fue el primero en saludarla y es que era una amiga suya de la universidad.
Y así fue cómo conocí a Raquel.

Raquel era una chica rubia, de ojos azules y estoy hasta la polla de hacer descripciones. Estaba buena. Punto.
Álex bromeó con ella, la dios dos besos y se despidió de nosotros de forma muy rápida.
Fue entonces cuando empecé a molestar al valiente hijo de perra de nuestro enemigo para que se trajese a Raquel a un posible evento que quería hacer en mi casa. Y así lo hizo.

Aquel Carlos que juró no dar ninguna fiesta más había muerto, no obstante, si se podía seguir haciendo ciertas reuniones de amigos en las que no pasa nada. Vamos, a lo que anteriormente he llamado "fiestas". Es más, ese mismo año hice una fiesta con desastrosos resultado, pero de nuevo me adelanto.

Éramos unos cuantos amigos en la terraza de mi casa. Amanda, Álvaro, Perona, Sergio y más. Cuando llegaron las dos amigas de Álex, la cosa cambió un poco. Se presentaron Raquel y otra amiga de la universidad que se llamaba Paula. Y paso de hacer otra descripción, también estaba buena.

No os mentiré... Bueno, suelo hacerlo en el blog pero ahora de verdad os lo digo, la fiesta era un tremendo coñazo. Unos cuantos se metieron en la piscina y otros, tristemente se quedaron bebiendo una lata de cerveza. Chicos, en aquel momento vi salir a Raquel de la piscina y, sí, me dije que estaba muy muy bien. Esto sigue sin ser machismo. Además, el traidor de Álex me llegó a confesar que ambos guardábamos muchas cosas en común, y pensé "¿Por qué no? No pasa nada por intentarlo"

Pero para mi desgracia, Perona al ver que Raquel salía de la piscina y no llevaba toalla, compartió la suya con ella. Y ufff, chicos... Ahí vi peligrar todo.
Espero que se vea mi ironía. Meses después Perona me llegó a decir que en ese momento hubo tensión...
Se viene comentario.

Como la noche estaba siendo un fracaso y mi padre iba a llegar en nada, Amanda propuso ir a su casa para continuar el falso jolgorio. Y así hicimos. Por el camino hablé con Raquel de miles de cosas, la mayoría de cosas frikis: Star Wars, Alien, Harry Potter e incluso le enseñé que me sale a la perfección la voz de Stich. La verdad que sentía que podía haber algo.

TODO GRACIAS A QUE PERONA NO SIGUIÓ COMPARTIENDO TOALLA CON ELLA. BENDITO SEA DIOS, PADRE TODO PODEROSO.

Y, chicos, nada más entrar a la casa de Amanda fue cuando me dije que era el puto momento.









Seguía hablando con Raquel y notaba que debía lanzarme ya, pero no sabía cómo. Necesitaba algo que fuese un mediador o algún artilugio que sirviese de detonante de la chispa. Y me cago en todo, me estoy volviendo homobloguero.

Entré a la habitación de Amanda.

-"Joder, deber haber algo"-Me dije-"Piensa, joder"

Vi un oso de peluche, una marioneta, unas esposas... Una esposas... Sí.

-"Dios, esto es. Con esto me puedo inventar algo"

Y en ese momento entró ella y...





























Me siento muy mala persona.
De todas formas, cogí lo primero que pille y le dije que me acompañase fuera para seguir hablando.
Cogí un muelle. Sí, un puto muelle.

En el portal de la casa de Amanda jugamos con éste... Puto muelle, pero nada. No había chispa. Algo hacía mal. Como jugar con un puto muelle. Aunque tuve una de las mejores conversaciones de mi vida, os juro que de la más divertidas, quería ya hacerlo. Por lo tanto, sin saber muy bien cómo, acabamos en la habitación del padre de Amanda, sentado en la cama de matrimonio. 



-Eeeh eeh sí. Qué gracioso el muelle-reímos los dos por un puto muelle.
-Sí, sí.
-Y oye-Me aventuré-Dijiste que sabías hacer técnicas de socorrismo.
-Sí, así es.
-"Vamos, Carlos, haz algo con esto"

Y chicos, si fue patético lo que le pedí a Marta en la mesa de Dubliners en su día esto fue peor, mucho peor.

Me tumbé, me hice el ahogado y puse una cara de perro moribundo, literalmente. Y, sí, podéis volver a sentir esa vergüenza ajena. Pero por gracia del Destino, ella siguió el juego y sin querer, surgió el último Queroseno.

Bueno, por gracia del destino y por PERONA QUE GRACIAS A ÉL Y A QUE NO COMPARTIÓ MÁS VECES LA TOALLA, ESO PUDO SER POSIBLE. 

Aquel no fue el último día en que la vi, habría más y construyeron un increíble verano. Pensé que tal vez me hubiese precipitado al abandonar el Queroseno de esa manera. Pero, queridos lectores, otros acontecimientos pasaron.

Por otras razones, el grupo empezó a creer que  decir "Queroseno" estaba maldito, Sergio y Álex experimentaron sucesos para creerlo. Por eso mismo, un día me desperté con un nuevo nombre de grupo. Álex proclamó el "Campeonamos". Podéis pensar que es una chorrada total, seguro que lo es. Pero desde ese momento, mi suerte se fue a la mierda, mientras que otros triunfaron.

Lo importante es que fue en ese día cuando recibí una de las noticias más dolorosas de mi vida. Una mañana de verano abrí el ordenador y observé que me llegó un email. El mundo se paró por completo cuando vi que no me cogieron para estudiar psicología, y por lo tanto, mi sueño de ser psicólogo se esfumaba.

domingo, 24 de julio de 2016

COMO LA VIDA MISMA. Capítulo 70. Tribunal

-2016.





Aquel hombre vestido de negro a principios de primavera entró en un bar pequeño, acogedor y admirable a su manera. Me extendió la mano y yo imité su gesto cortés, nos dimos un fuerte apretón mientras me dijo su nombre. Él sonrió y observó el lugar. Apenas había luz, salvo la de unos leds y un foco multicolor. Pareció gustarle, pasó un dedo por la barra y soltó un broma con sabor a critica sobre la suciedad. Solo pude poner una mueca para no parecer arrogante, entonces se dispuso a hablar.

-¿Y a qué se debe el cierre?-Preguntó. No parecía mostrar mucha confianza. Y qué listo que era.
-Me voy lejos. Y no es recomendable llevar un pub desde otro país-En esa frase había parte de una dulce mentira y una triste verdad.
-Me encanta, de verdad te lo digo. ¿Es tuyo?-Asentí-Me imagino que ha tenido que ser alucinante a tu edad tener un bar. Quiero convertir esto en algo más serio, lo tengo todo más o menos pensado. Supongo que estoy igual de ilusionado como tú lo estabas en su día- Alzó de nuevo la vista y continuó- Me encantaría llevar a cabo todo la semana que viene, si te viene bien, claro. Cuanto antes lo hagamos mejor. ¿No crees? En fin, debo irme ya. Seguiremos en contacto, Carlos.

De nuevo, extendió la mano y sonrió.
-Así será.
-Estupendo, estupendo. Me voy ya. Tengo unas ganas increibles de empezar con este proyecto. ¿Sabes ya cuándo te vas a marchar?
-No, aún no.
Me miró, abrió la puerta y salió lentamente. Bajé el cierre haciendo que la oscuridad devorase el bar. Ya era casi la noche y aquellas luces tan coloridas iluminaban cierta partes, pero yo me quedé con una, una muy especial. Un cuadro, lleno de fotos. Lo descolgué con sumo cuidado y pensé que tal vez lo mejor era irme de aquella ciudad de verdad. Más tarde, alguien volvió a llamar a la puerta,
y de nuevo el mundo se movió.






JUNIO DE 2014.

Y ahora el protagonista era yo. Unas llaves en la mesa del trabajo de mi padre, al lado de unos billetes para Orlando. Acababa de llegar de un viaje que me cambió por completo y no encontraba ninguna sensación de alegría. Cualquier muchacho en su sano juicio daría palmas con los cojones, lo de las orejas ya está muy visto. Pero mi caso no fue así, me quedé mirando las llaves pensando en cómo era posible que nos hubiesen eliminado en fase de grupos. Sí, ese año fue el año de nuestro grandioso mundial. Mi padre me pidió que dijese algo y, bueno, contesté.

-Eeeh. A ver. si yo agradezco el detalle. Entiende que me pillé un poco todo de sorpresa. Pero una pregunta. ¿Cómo cojones se te ocurre que yo lleve un bar? ¿Yo? ¡YO!
-¿No te gusta la idea?
-Pero, joder ¿nos hemos vuelto locos? Me estás diciendo que tengo un bar, un bar. ¿Cómo quieres que me quede? ¿Sabes al caso cómo son mis fiestas?
-No.
-Lee mi blog.
-¿Eres idiota? cualquier otro estaría como loco de empezar.
-No he trabajado en mi vida, Papá. Y nunca he hecho de camarero. P-pero a quién cojones se le ocurre entregar unas llaves, unas llaves de un bar. Que no sé nada de ser camarero, en mi vida he sido camarero.


Salvo aquella fiesta en la que pillaron todos menos yo. Incluso Jorge por aquella época. El dato me sigue doliendo.

-Aprenderás a servir copas. Tienes 20 años y no has dado un palo en tu puta vida.
-¿Te recuerdo que soy un estudiante?
-El cual ha repetido varias veces.
-Touché. En unos días tendré los resultados de la Selectividad. No puedo llevar un negocio y estudiar una carrera a la vez. ¿Estás loco? Ni que fuese un niño chino de diez años.

Di NO al humor negro.
Todo lo negro es  malo: Darth Vader, el Black Album de Metallica, los que viven en Lavapies.


-Vete, vete. Fuera de aquí- En ese momento se puso muy nervioso. Cogió los billetes y los tiró al suelo, intentando dramatizar las cosas de mala manera. Después, con rabia, me dijo que cogiese las llaves y desapareciese de su vista. Hice caso y antes de salir por la puerta juré que nunca llevaría ese bar.
-No me vas a convencer. No lo voy a hacer.
Y cerré.


Al día siguiente, y después de aquella conversación que tuve en Roma con la chica de la que os hablé, me volví estúpido. Más. Me salí de todos los grupos, dejé de hablar con las personas y renuncié finalmente al Queroseno, dando  paso al reinado de terror de Álex.

En un futuro se le empezaría a llamar el "Pequeño Dictador". Es un juego de palabras para lo más cinéfilos. No apto para personas que no tienen ni puta idea de cine y solo ven películas en plan Resacón en las Vegas. Es una alusión  a la estatura de Álex y a la película  "El Gran Dictador" aquella en la que sale el personaje de Borat.

El humor irónico también es clave.

Ahora él era el administrador y esto llevó a una guerra que duraría años y dejaría miles de muertes. En realidad duró unos cuantos meses y acabó en mi cama pero ya os lo contaré.

Entonces una mañana me encontraba en mi casa, empezando a leer los libros de Canción de Hielo y Fuego cuyo argumento da vida a la serie Juego de Tronos. Así me sentía  más pro sabiendo las cosas que iban a pasar e escribía tres tweets diarios sobre lo "mucho" que me gustaba cierto capítulo, aunque fuese un coñazo y me distrajese pensando en si era normal tener una erección cuando leía un capítulo en la que se violaba a una salvaje. A esto sumad los spoilers que subía todo el rato "Jon Nieve muere", "Edmure Tully muere", "La originalidad de decir que el que se lee los libros es más fan que el que ve la serie en versión doblada y desde el ordenador, debería causar la muerte"... Cosas así.

Recibí una llamada.
-Coño-dije-¿Se puede seguir llamando en los móviles?- Y contesté- ¿Sí?
-Ven al metro de Tribunal y cuando estés ahí me llamas.
-¿Eres una chica de Badoo?

¡Ah, sí! todavía no conocía el Tinder.

-Soy tu padre, te llamo desde el otro número. Coge las llaves del bar.
-Te dije que...

Sabía que no podía echarme para atrás, entonces decidí dar un paso en mi vida y empezar a ser un hombre. Que no significa que antes fuese mujer, digamos que no tenía sexo. Sí, exacto, en ese sentido.

Aquel día, además, quedé con mi amigo Sergio. Él, aún no sabía que nos íbamos a Orlando y pensé en que podía aprovechar la ocasión. Quedamos en el susodicho bar a cierta hora.
No me acuerdo qué tiempo hacía pero como es mi blog, me lo inventaré para dar dramatismo. Llovía.
Al salir de la estación, vi a un hombre viejo tocando la guitarra, sonreí y le eché una moneda empezando así una costumbre. Tenía la dirección apuntada en el móvil y fui directo hacia ella.
Aún no me creía que fuese a trabajar en un bar, desde siempre he sido un tío muy manazas, vago, un pelín atractivo y muy cabezón. Era imposible que fuera a salir bien.


Siendo realistas, no me equivoqué.

Ya estaba subiendo aquella calle, nervioso y con la negativa en mi cabeza. Me planté delante de la puerta. La primera impresión que me dio fue de asco. Arriba, en donde se podía ver el nombre del local, había un trozo de madera podrida y una lámina de aluminio de mala calidad. La entrada estaba pegajosa y los cristales de la puerta principal sucios. Abrí lentamente y apenas pude ver nada por la escasa iluminación del local. Era un sitio deprimente, sin vida. Muebles viejos, una pared con colores pobres y gastados y un suelo dañado y levantado.

Casi parece que estoy haciendo la descripción de Rock Studio en 2016.

Vi a Sergio sentado en la barra y a mi padre un poco más atrás. Es cuando me dijo que aquí estaba mi bar y yo pensé en que tal vez no iba a ser tan mala idea.
Luego vi los baños y volví a mi pensamiento inicial.

Me estaba haciendo a la idea de que iba a ser el responsable de algo muy grand, ya no era el Carlos que cuidaba de su tamagochi. Esto era serio, chicos. Hablé con Sergio y le di la buena noticia. No se llegó a emocionar pero como he dicho anteriormente, es mi puto blog y lo cuento como me da la gana. Se emocionó tanto que me dio un abrazo y partió a llorar diciéndome en reiteradas ocasiones que era la mejor persona que había conocido en su vida.

Tras este momento homosexual que me acabo de inventar y que me debería hacer pensar muchas cosas, mi padre me dijo que al día siguiente debería empezar a abrir. Se acercaba la fiesta del Orgullo y sería una ocasión muy, muy buena.
-Conozco a una persona que te introducirá en este mundo-dijo Él-Se llama Adnan y empezará mañana mismo. ¿Estás ya preparado?-No lo estaba pero aseguré que sí.
-Lo estoy.
-Entonces, ya eres empresario.

Como Amancio Ortega pero sin niños explotados.
Salvo Álex.





Y al día siguiente lo vi todo de otra manera.
Estaba abriendo el bar, colocando unos cuantos vasos y poniendo un poco de música, probablemente alguna de Oasis en un pequeño pero potente altavoz. Siendo sinceros, el bar daba un asco tremendo, pero sentía una ilusión que me crecía a cada momento. Era por fin dueño de un bar. Creía que las personas empezaría a verme de otro modo (empezaba a fantasear) Un tío serio, responsable, capaz de manipular alcohol a su antojo, detrás de una barra de madera barnizada y dispuesto a sacar el mal genio que llevaba dentro en ciertas ocasiones. Me sentía un dios del mundo de los pub.
Luego me hice a la idea que en realidad me pegaba más este tipo...
























Y de hecho, acerté. 


Era ya casi de noche y Malasaña encendió sus luces. Empezaba el primer día del bar. No teníamos nombre, ni ofertas, ni seguro, ni bote de propinas del que apropiarme como un joven burgués que era. Por Dios Santo, por no haber non había papel higiénico. 

Sí, sigue pareciendo una descripción de Rock Studio en 2016.

La puerta se abrió. Me dije "coño, clientes". Pero no fue el caso, me di un con un canto en los dientes. Un hombre de mediana estatura, con complexión fuerte, gafas y sin ningún pelo en la cabeza entró con un paso danzante y jovial. Me lanzó una sonrisa y se presentó, era Adnan. Me extendió la mano y formó un puño, en ese momento pasó a ser nuestro saludo. Una cosa; me estoy descojonando ahora mismo porque me acabo de dar cuenta de que estoy haciendo rimas sin querer. Perdonad por el inciso.

Posiblemente acabas de hacer lo mismo que yo y has vuelto a leerlo.

-Buenas, Adnan. Soy Carlos y...
-Voy a ser tu maestro, Carlitos.
-¿Perdone?
-Sin ofender, este sitio da asco y supongo que no tendrás ni idea de esta vida.
-Bueno, algo sé.
-Pregunta ¿Qué lleva un Cosmopolitan?
-¿Lo qué?
-¿Cuál es la medida exacta de alcohol que debes echar en un vaso de sidra al cual le has llenado con más de cinco hielos? ¿Cómo se prepara un mojito? ¿Diferencias entre Brugal y Barceló?


Silencio.

-Yo pensaba servir a todo el mundo la misma mierda de alcohol.


También lo hice (véase el famoso tequila Burrito)

-Te queda mucho por aprender, mucho, mucho, mucho. Me ha dicho tu padre que estás un poco disgustado con la idea de tener que llevar esto. Confían en mí, esto va a ser la mejor experiencia de tu puta vida. Eres dueño de un local de copas y no tienes ni puta idea de lo que es.
-Ya, pero voy a entrar en la universidad y bueno y también tenía pensando echarme novia y bueno y...
-Mariconadas, hoy empezamos. Vas a salir ahora mismo a la calle y vas a conseguir clientes. Y no olvides lo que te he enseñado.
-Pero si no me has dicho nada.
-Vamos, sal a la calle y sube esa música. Por cierto... ¿Alguna vez te has follado a una gorda?

Y así empezaba lo que sería nuestra primera noche.

-2016.

La persona que llamó a la puerta era el agente que estaba consiguiendo interesados para traspasar el bar. Me dijo que ya había encontrado a la candidata perfecta. Vendría en tan solo unos minutos, me pidió permiso para que la dejara entrar. Otra vez vi el cuadro colgado en la pared, me vinieron miles de recuerdos, momentos que no podía olvidar y por los que merecía la pena seguir adelante. El bar era lo único a lo que me podía aferrar para evitar algo que necesitaba pero no quería, la única excusa para no irme fuera. Me preguntó el agente que quería yo, a lo que le contesté:

-Luchar. Diles que no vengan. Voy a luchar por Rock Studio.
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Gracias a todos.
Nunca dejéis de divertiros.

Carlos,