viernes, 28 de octubre de 2016

COMO LA VIDA MISMA. Capítulo 73. Pesadilla en Gandia St. AKA Especial Halloween

Dedicado a Marta e Irene.
Ellas saben el porqué. ¡Vaya que si lo saben!





"No espero ni pido que alguien crea el extraño aunque simple relato que me dispongo a escribir.
Loco estaría..."
-Edgar Allan Poe.
 Ó Reverte, a saber.




Era de noche y hacía un frío otoñal.
Llovía, o eso me imaginé cuando me encontraba atado de pies y manos a esa silla de madera podrida y escuchaba las gotas de agua caer en el tejado hecho de un metal pobre. Como los nuevos discos de Metallica ó Metalica, depende del que te haga el rótulo.
Cuando desperté, me invadió un dolor de cabeza terrible y la boca me supo a carne podrida con un toque oxidado, algo desagradable que casi me provoca vomitar en mis pantalones. Como la Cruzcampo. La penumbra devoraba aquella habitación minúscula que solo recibía la pequeña luz de una vela a punto de morir. Las manos las tenía a mi espalda, un nudo corredizo hacía que fuese imposible que las moviera, a pesar del forcejeo inútil al que me sometí durante unos minutos.
Sin esperanza, grité y no recibí respuesta alguna, solo el sonido de la lluvia al precipitarse y del viento chillando por la ranura de la puerta de tablones que crujía con sus "cracks" y sus "ñicks".
No había estado tan incómodo desde aquella noche en casa de Jorge.

¡Venga, si ya sabéis la historia todos!

Unos pasos a lejanía sonaron, débiles, pero continuos. De nuevo grité, grité con todas mis fuerzas. Los pasos se acercaban a la puerta, cada vez era más fuerte el sonido y cada vez era más fuerte el eco que provocaban. El viento seguía con una jerga que hacía estremecerme, el corazón me martilleaba vertiginosamente, sentía la muerte en mi alma.
Vamos, lo dicho, como si tomases Cruzcampo.

La puerta se abrió despacio, con un sonido chirriante, haciendo que entrase la lluvia de fuera y dejando ver la sombra de una figura extraña. Por un momento me recordó a la silueta de Alfred Hitchook que aparecía en esa serie de televisión que emitían por la madrugada.
Entró, cerró la puerta con un golpe seco y se encendió un cigarro. No pude contemplar su cara dado que el cuello de su gabardina negra cubría la mitad inferior de su rostro, y la parte de arriba era ensombrecida por un sombrero a juego, de copa y bastante ostentoso. Además, usaba unas lentes redondas y pequeñas de un fino cristal violeta, posiblemente del siglo XIX.
Colocó el cigarro entre sus dedos, se puso a un palmo y exhaló el humo del cigarro en mi cara. Silencio.

-¿Sabes quién soy?-preguntó con una voz ronca y con un fuerte acento marcado.
-¿Simona?-pregunté yo.
-No-Un trueno acentuó su negación.
-Uff que susto porque la debemos pasta.
-Calla-tiró el cigarro e hizo crujirse los dedos de ambas manos, se puso de puntillas, aún más cerca, y con ese curioso acento volvió a preguntar, y esta vez de forma más agresiva.
-¿Sabes quién soy, Carlos?
-¿Thor?
-Te diré una cosa; vas a morir, Carlos. Esta noche, esta fría noche, esta noche de Halloween. Estoy seguro de que te sentirás indefenso, desconcertado, puede que pienses que estés loco. Voy a matarte con mis manos, pienso cortar tu cuello hasta llegar al hueso. Ten claro que no miento, te aseguro que no miento, son veraces lo que te cuento.
-Vale, sabes hablar. No eres Jorge Florez.
-Di adiós-entonces vi el brillo de un objeto afilado. Un cuchillo de gran filo asomó por uno de los bolsillos de su gabardina. Jugó un segundo con él, vaciló y acto seguido puso la hoja fría del arma
en mi yugular-di adiós.
-Espera-grité, histérico.
-¿Qué? ¿Qué ocurre? No puedes interrumpirme, esto es una historia de terror, no una película de James Bond cuando contaban con un actor que lo interpretaba bien.
-No puedes matarme.
-Eso dijo Kennedy a su país.
-No puedes matarme porque entonces no conocerás unas historias que te puedo contar.
-¿De qué demonios hablas?
-Hoy es Halloween, ¿verdad? Digamos que cierto viaje a Gandía me inspiró a recrear lo que me dispongo a contar, amable asesino psicópata.
-Bueno, no tengo dentista hasta las cinco, así que... Te dejo una y luego-breve pausa para dejar el suspense en la sala-morirás. Pero en serio, tengo dentista y no puedo faltar a la hora-Sonó otro trueno.
-Es justo. Nuestra primera historia comienza en una carretera. Dos coches con amigos y un libro. Nuestra primera historia se llama...






POSESIÓN INTESTINAL.










Jorge conducía con extremo cuidado por una carretera secundaria de un pueblo desconocido. Subía una montaña cubierta por una espesa niebla que impedía ver con claridad el camino que se debía seguir. Era un lugar solitario, únicamente lo acompañaba el otro coche de sus amigos. En ese era Álvaro el que tomaba el volante, acompañado de Andrea y dos personas más; Sergio y Amanda. Carlos, el más guapo de todos, en cambio, estaba en el coche de Jorge, con Álex de copiloto y en mitad del asiento trasero dando el terrible coñazo con una guitarra acústica.

Mientras que en un coche se escuchaba a Noel, en el otro, un joven militante de Ciudadanos iba charlando de forma amistosa con la acompañante que se encontraba a su derecha. Mientras que en un coche reinaba la calma y la armonía, en el otro...




-¡ME CAGO EN TODO, JODER! El puto GPS de mierda, me cago en Jorge y en todo. Me vais a pagar la jodida multa, todos. ¡TODOS!
-Álvaro, calla ya y pregunta, que nos hemos perdido.
-No, Andrea. Sé llegar.
-He dicho que preguntes, pregunta.
-Que no vamos a parar, joder.
-¡Que no me grites!
-Que no te he gritado.
-QUE NO ME LEVANTES LA VOZ.
-QUE NO TE HE LEVANTADO LA PUTA VOZ.

Como un maldito matrimonio.

 Después de una discusión  que traumatizó tanto a Amanda como a Sergio, éste último divisó una figura andando a unos metros más adelante por la carretera que comenzaba a convertirse en una recta descomunal.

-Mirad ahí-dijo señalando con el dedo-parad el coche.
Era un hombre sin pantalones y con una camisa verde  y rota por las mangas. Andaba a pasos cortos y torpes, el pelo lo tenía hecho una maraña, y presentaba pinceladas de sangre en sus rostro. La mirada se perdía en la nada, apenas parpadeaba, pero lo más tenebrosa era lo que portaba. Un libro. Un libro forrada de piel humana. El coche paró delante suya y tanto Amanda como Andrea bajaron para atender a la extraña persona.

-Hola ¿te encuentras bien?-preguntó Andrea con voz dócil. Que tela.
-Mira, Andrea. Parece que ha tenido un accidente.
-¿Podemos ayudarle? ¿Señor?-pero no había respuesta, solo una ligera respiración entre los dientes. Sergio se pronunció y comentó que debían subirle al coche y acompañarle hasta la siguiente estación de paso. Llamó al copiloto del otro coche para comentar lo ocurrido, y éste dijo que había una parada a tres minutos de su situación. Subieron a la persona con bastante dificultad e intentaron hacerle todo tipo de preguntas, ninguna de ellas con respuesta. No sabían su nombre, su historia o el porqué votaba a Ciudadanos. Eso ya es un caso para Iker Jimenez.
-Mirad-exclamó Sergio-he encontrado una tarjeta de identificación.
-¿Y qué dice? ¿Cómo se llama?
-No lo leo bien, pero creo que pone... Pulido.



Una vez parados en un pequeño bar de carretera, se reunieron todos y sentaron en el suelo al extraño.
Empezó a titubear con una voz débil y Jorge, con cautela, se acercó para intentar escuchar lo que estaba diciendo. Las palabras que pronunciaba eran indescifrables, parecía un idioma de cine de ciencia ficción de los años cincuenta, lo que hizo que otro miembro del grupo probase suerte para adivinar aquel vocabulario peculiar.
-Me rindo-exclamó Álvaro-no me entero de nada de lo que dice. No sé qué demonios dice.
-Atrás-gritó Carlos con gesto heroico-llevo años practicando este dialecto. Creo que es Jorgeflorezleño o Serranotalán. Dejadme oír. Habla, hombre de dios. Por la gracia del señor, habla.
-PORPOTUTUENEUXIOLO-contestó el extraño.
-Ajá, ajá.
-POPONUELARIBEFUROTO
-Entiendo, sí.
-¿Qué dice?-preguntó Álvaro. Es que no se le entiende cuando habla.
-No lo entiendo muy bien, creo que algo de Venezuela y
-LOQUENDOJUJUJOJQUISDEEQUISDEJUJOJOLOQUENDO.
-Sí, lo dicho. Que en Venezuela se vive mal, que un amigo de un amigo lo dice por Facebook.

En aquel momento los ojos del hombre se volvieron blancos, al igual que su tez. Empezó a salir una espuma verdosa por su boca y cayó, chocando su nunca contra el suelo. Todos pegaron un grito que sonó al unísono y se echaron dos pasos para atrás. El hombre, casi inconscientemente de lo que hacía, sacó un revolver con la culata de madera de su bolsillo. Los demás se tiraron al suelo para protegerse, pero no fue necesario. Llevó el cañón del arma a su sien y antes de apretar el gatillo, pronunció las únicas palabras con sentido del día. Dijo: "El comunismo mató a millones de personas" y disparó. Un sonido ensordecedor calló al grupo que miraba incrédulo el cuerpo yacente. Solo uno rompió el silencio en pro de mejorar el ambiente de aquella terrible situación.
-¡Cabrón! se suicida sin pagarme el desgaste de las ruedas del coche-dijo Álvaro.

Carlos cogió el libro que anteriormente portaba el muerto y comentó que era bueno marchar ya, dado que empezaba a bajar la niebla y eso no le daba una buena sensación.
Cuando llegaron a la cabaña, situada a las afueras de Gandía, Carlos exploró el libro.
-Dios mío, esto no tiene nada de sentido. Utiliza un lenguaje estúpido, parece algo hecho de mala gana, da repulsión solo el leerlo. Es el peor libro que he visto en mi puta vida.
-¿Estás leyendo el libro de los muertos que llevaba el tío ese raro?-quiso saber Álex.
-¡Qué cojones! estoy leyendo los libros de Federico Moccia de Álvaro. Que espanto, por favor.

Después de tirar los libros de Álvaro, Carlos cogió el libro forrado de piel humana, en el lomo se podía leer "Necronomicon sensato" bordado con un hilo negro y grueso.
-Que cosa más rara-se dijo para sí mismo. Acarició las suaves páginas del libro y se paró en una especial-palabras para la ilusión naranja-leyó. En ese momento observó unas cuantas palabras escritas con sangre, y sin pensarlo ni un segundo, las pronunció en voz alta.
-CUÑADUM-

Las ventanas se cerraron de golpe.

-ESPAÑUMUNAM-

Todas las luces se apagaron.

-AMANCIOORTEGANUS-

Sergio cayó de bruces contra el suelo.

-CHAVEZASESINOOOOOOO-

Y nada.

-Sergio-gritó Jorge
-¿Qué ocurre?-preguntó Álex
-Es Sergio, parece que se ha caído.
-Rápido, llevadle al cuarto de baño. Será el alcohol.
-De acuerdo-Jorge se dirigió a Sergio-vamos a llevarte al baño ¿vale?
-A-a...-intentó pronunciar Sergio
-Parece que quiere decir algo.
-A...a...Álvaro Ojeda es un gran periodista.
-Dios mío-gritó Álex-Sergio... Sergio está... Poseído.





Sergio fue atado al inodoro del cuarto de baño. Se produjo una atmósfera terrorífica, se percibía un hedor a podredumbre y el frío se imponía en la noche de verano. Los azulejos resbalaban y el agua que goteaba del grifo se congeló, formando una pequeña estalactita de hielo.
Sergio tenía unos ojos diferentes, demoníacos. Una piel agrietada, con heridas llenas de pus por toda su cara y un feo tono amarillento en sus dientes que rozaban a una lengua bífida recubierta de una baba pringosa.

-Sergio está poseído-volvió a decir Álex, más nervioso-tenemos que invertir las palabras que ha dicho Carlos para que vuelva a su estado normal. Y cuanto antes.
-No-la voz de Sergio era grave y retumbaba-no podéis hacer nada, podemitas de mierda, hijos de putas separatistas y antiespañoles.
-¡Espectro!-gritó Amanda-manifesta tu presencia.
-¿Quién eres?-acompañó Álex-Puede que sea un espíritu del Averno, del Tercer Infierno, del Mundo del Caos. Puede que le posea el Demonio o los espíritus del más allá e incluso Vlad el Empalador.
-EL DÍA DE LA RAZA SE CELEBRABA CON LA REPÚBLICA. NO HAY NADIE MEJOR PREPARADO ACTUALMENTE QUE EL REY.
-Vale, le ha poseído un cuñado.

Sergio sonreía con malicia y exclamaba frases tales como "Stalin mató a cientos de millones de personas", "Trae que tú no sabes" "Tu madre chupa pollas en el infierno" ó "Como Podemos llegue al poder nos veo como en Venezuela o Cuba".
Álex, con la ayuda de Amanda y Andrea, cogió el Necronomicon y buscó alguna solución al problema.
 -Rojos de mierda. Tenéis envidia porque Amancio Ortega es millonario y empezó de cero. No podéis hacer nada, podemitas. Asquerosas podemitas. ¡PIENSO JURAR BANDERA!

Tras pronunciar esas palabras hizo una arcada exagerada y llegó el caos. Un torrente de color amarillo salió disparado de la boca de Sergio impregnando todo el cuarto de baño de un vómito asqueroso. Empapó cada esquina del lugar, manchó cada ranura de los azulejos. Una masa llena de trocitos de salchicha a medio digerir se propagó hasta por el jodido cristal. Sergio realmente estaba poseído.

Aunque, bueno, para poseída Amanda que con un puto trozo de papel empezó a limpiar todo.

Acto seguido orinó en la taza del inodoro...Vale, en realidad el que se meó fuera fue Carlos.
Se confiesa. Sí, Carlos se meaba fuera. ¿Sabéis  lo jodido que es apuntar estando empalmado por la mañanas y luchar contra el  verdadero demonio del hombre? Hablo del temible doble chorro.

-No podéis parar el poder de un cuñado-graznaba Sergio al Noveno Cielo-TODOS SEREMOS CUÑADOS. TODOS SEREMOS CUÑADOS.
-Jorge, Álvaro. Ayudadme, tenemos que pronunciar el hechizo que devuelva a Sergio a la normalidad-Mientras, en ese momento, Sergio siguió vomitando, subiendo el nivel de la pota.
-No, Álex-contestó Álvaro-No podemos hacer eso. Todos somos cuñados.
Sergió siguió soltando trozos de salchicha por la boca y exclamando "VOTAN, TODOS VOTAN AQUÍ DENTRO. Y TÚ TAMBIÉN VOTARÁS. ES UNA OBLIGACIÓN CONSTITUCIONAL".
-¿Qué dices, Álvaro? ¿Jorge? Tú debes ayudarme. Álvaro también está poseido.
-No, Álex. No puedo hacer eso.
-¿Qué demonios?.
-VOTAN, ÁLEX-Siguió Sergio con su orgía de bilis-TODOS DEBEMOS VOTAR.

Y Amanda seguía limpiando.

-Nooo...Noooo-Gritaba Álex-Carlos coge el libro-le dio el libro-Di tú las palabras, eres el único que sabe dónde están. Vamos, aprisa. Ya no queda mucho tiempo.
-OSBORNE VOTA, RIVERA VOTA, LOS CATALANES NO DEBERÍAN VOTAR-El nivel de la vomitona llegaba ya hasta las rodillas. Empezó a calar a la vecina de abajo que suficiente  tuvo con escuchar a Carlos tocar la guitarra. Hasta llegar a un momento que les llegó a todos por la cintura.

Y Amanda lo seguía limpiando. En serio ¿qué cojones le pasaba en la puta cabeza?

-Hazlo ahora, Carlos, ¡ya!

Carlos cerró el libro bruscamente. Sergio sonrió.

-No, Álex. Todos somos cuñados y yo uno de ellos. Todos somo cuñados, todos somos cuñados y yo soy uno de ellos. Por cierto, ¿sabías que U2 fue uno de los mejores grupos de la música de los ochenta y que el capítulo de la mosca de Breaking Bad es una obra de arte?
- Bueno, esa es tu opinión.
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Seguía en la silla viendo a mi agresor levantarse después del relato que le conté. Aún no sabía quién era, por lo que me propuse averiguarlo con astucia.







-¡ARRIBA ESPAÑA!
-¿Qué dices?
-Vale, tampoco eres mi primo. 
-Bueno, amigo, ya ha acabado tu relato. Ahora creo que es momento de cumplir con lo prometido. ¿Cómo lo prefieres? ¿de arriba abajo o de abajo arriba?
-Espera, espera.
-¿Qué pasa ahora?
-Necesito saber quién eres. No me puedes dejar ahora con la duda, joder. Es de ser muy mal queda.
¿Eres Álex? ¿Te estás vengando porque te debo mucho dinero de Rock Studio? No, qué tontería...Déjame pensar. Eres una persona robusta, de mediana altura, con un acento misterioso. ¿Seguro que no eres Simona?
-Dios mío, voy a acabar ya con esto.
-¡Espera!  
-¿QUÉ?
-¿Eres Jorge Cremades?
-¿Qué cojones dices? ¿Por qué iba a ser él?
-Porque esto no tiene ni puta gracia.
-Carlos, me conoces. Me conoces desde hace mucho. Sabes quién soy, hemos pasado muchos momento, soy una persona de tu pasado. De aquella etapa en esa famosa urbanización. Solo debes recordar. Ahora, sintiéndolo mucho, es hora de finalizar lo que una vez me propuse.
-¡Tengo otro relato-grité-Aún no ha llegado mi momento.
-Esta bien, cuéntalo y acabemos ya.
-Eso haré. Eso haré, Andrews.





EL CUERVO SUDOROSO 







Una vez, en una melancólica medianoche, mientras yo cavilaba débil y cansado.
Sobre cierta discoteca llena de menores y con un vaso de ron en mi mano
Mientras cabeceaba casi adormecido con mi sonrisa arcaica de pervertido
Se oyó un gritito. 

"Será algún visitante", refunfuñé, que se ha perdido en medio del mogollón.
Solo esto y causa del calor.

Entonces mi alma cobró vigor; y ya, no vacilando más,
"Señor", dije, o "Señora" (Que el colectivo feminazi está que salta últimamente)
"Sinceramente imploro vuestro perdón;
Pero la verdad es que estaba bailando y apenas estaba seguro de haberos oído"
-Y entonces observé tras la pista de bailar-

Tinieblas y nada más.

Llegué a la pista de pachangueo y con mucho retozo y aleteo,
Saltó dentro un soberbio Cuervo de color negro.
No me hizo la menor reverencia; ni un minuto se detuvo o paró,
Sino que con un aire de votante pepero se emperchó en la tarima y posó.

Lívido, torvo y antiguo Cuervo extraviado de la Nocturna ribera,
"¡JODER, QUÉ PUTO CALOR!" Habló.

Nada más profirió; no agitó ya ni una pluma.
Solo hablaba de cuantísimo suda.

Así me estaba sentando enfrascado en mi cavilar, recordando aquella estación de invierno.
El Cuervo, de derechas y español de nacimiento, graznó;
"ESTO ES LA SALA DEL INFIERNO".

Entonces me pareció que el aire se adensaba, perfumado por un invisible incensario,
Mecido por Serafines a las cuales Jorge protegía bailando y danzando.

-Tregua,-tregua y nepente ave de ébano,
"Desventurado", grité, "Tus seguidores de Instagram te han abandonado"
Y tu cuerpo de pasta de dientes se encuentra repleto.
Repitió el Cuervo: ¡QUÉ GRACIA, ¿EH?, QUE PUTA GRACIA.


"¡Profeta!", grité, "¡Ser maléfico!"-profeta, sí, seas pájaro o demonio,
Ya te enviaré el Tentador, ya la tempestad te arroje, con los de Gandia Shore.
No era más que un ave rapaz sin tener destreza alguna,
Volvió a hablar: ¡PORQUE TU MADRE ES PUTA!

"Húndete de nuevo en la plutónica noche y ve al apartamento,
No dejes ni una pluma en prenda de esa mentira, ni un panfleto de C´s para el tormento.
Deja inviolada mi soledad, deja de retuitear a Ruffles de Jamón".
Repitió el Cuervo: "JODER, QUÉ PUTO CALOR".
"No, por favor" Grité yo.
"LA TENGO MORCILLONA" Profirió él.
"SOIS LOS MÁS GRANDES CHICOS, TODO LOS PROBLEMAS SE ACABAN ESTANDO UNIDOS" Dijo... Jorge.

Nota: Álex dijo "que te enchufo" pero eso no da miedo, solo provoca una sonrisa.

Y el Cuervo sin revolotear ya jamás, está hablando de política todavía,
Sobre el busto de Palas compartiendo post en Facebook todo el día.

Y la luz de la lámpara derramándose sobre él proyecta su sombra en el suelo;
Y mi alma, fuera de esta sombra que yace flotante en un blog que da vergüenza leerlo,
No se levantará-¡NUNCA MÁS! A causa de ese calor en crecimiento,
En aquella sala, LA SALA DEL INFIERNO.




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-¿Y bien?-pregunté a mi secuestrador-¿Qué te ha parecido este relato? Creo que con esto me he ganado mi libertad. Vamos, no es por darmelas, pero una persona que haga honor de esta manera al gran Poe se merece la libertad.
-¿Poe? Pero si has copiado el capítulo de halloween de Los Simpsons.
-No, no. A ver. Yo soy amante de la literatura, me encanta y he querido plasmar...
-Que no cuela, tú has copiado el capítulo del Cuervo.
-Que te juro que no. Que también me gusta la música clásica y todo eso.
-¡Dios mío!-exclamó-No hay tiempo, mierda. Debería haberte matado hace ya tiempo.
-Andrews, Andrews, por favor, no puedes matarme, te lo ruego.
-¿Andrews? ¿Quién ha dicho que sea Andrews?
-¿Simona?
-¡Que no soy Simona!
-Una última historia. Te pido que me dejes que cuente la última de todas. Te prometo, te juro, que será las más terrorífica. Después de escucharla tendrás pesadillas para el resto de tu vida. No has escuchada nada igual que lo que me dispongo a contar.
-La última.
-Nuestra siguiente historia se titula...








HORROR EN LA NOCHE DE LA MUERTE INFERNAL IV



No existe fuerza humana ni dios alguno que pueda entender lo que sentí en aquella noche de horror.



JORGE COCINANDO ARROZ.

FIN.
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-¿Ya?-preguntó-¿solo eso?
-Se nota que no cataste esa argamasa del demonio.
-No puedo seguir así, tengo que matarte ya. Son las reglas.
-Ya no llegas al dentista, ¿eh?
El maníaco se levantó como un rayo y estuvo dando vueltas por toda la pequeña sala de una forma muy agitada. No hacía mas que repetir que el tiempo se acababa, que iba a fallar su prueba. No sabía de qué diablos hablaba. Se paró en una esquina y comenzó a reír como un verdadero loco. Se dio la vuelta y empezó a acercarse lentamente hacía mí. Había llegado al culmen de su psicosis. De nuevo, enseñó el arma blanca que desprendía destellos de luz a causa del reflejo de la vela moribunda. Me cogió de la nuca y tiró mi cabeza hacia atrás, haciendo vulnerable mi cuello. Parecía nervioso, casi tanto como yo. Puso el filo de nuevo en mi garganta y fue cuando empecé a sentir una punzada seguida de un chorro pequeño de sangre.
-Por dios para, para.
-Solo hay una forma de que te salves, Carlos.
-Haré lo que sea, te lo juro. Por favor, no me mates. Mata a David el Rumano, él se lo merece.
-No voy a matar a David el Rumano.
-¡PORQUE ERES SIMONA!
-¿Te crees que no voy en serio? ¿Crees que es una broma? He matado ya a algunos seres queridos tuyos.
-¿Quienes?
-He matado a amigos tuyos como a Santi o el otro colega ese raro que usa camisas Hawaianas.
-Nooooo monstruo, canalla.
-He matado a tu perro Thor.
-¡Maldito hijo de puta! maníaco de mierda, cabronazo.
-Y he matado a tu perro Robin.
-... Ah. Eso incluso lo puedo llegar a entender. Por favor haré lo que sea para salvar mi vida.
-¿Incluso jugar a un juego?
-Mientras que no sea el FIFA.
-Jugaremos a un juego, el juego al que estoy jugando yo. Te propongo esto; cuenta tu último relato y si me convence, no te mataré. ¿Aceptas?-Un olor a colonia barata me llegó.
-Acepto, por Dios, acepto. Solo una última cosa;
-NO PIENSO AFEITARME LA PUTA BARBA.

SMILE 




Amanda Anderson se encontraba delante del espejo de su cuarto de baño, mirando fijamente su reflejo y con la firme decisión de pronunciar unas palabras bastante peculiares.
"Smile", "Smile" "You will Cry". Un escalofrío le subió por el espinazo, pero siguió contemplando su mirada en aquel cristal, esperando algún suceso paranormal. Pero no ocurrió nada. Solamente se escucharon las risas de sus amigas.
-Os dije que era una tontería-dijo mientras sonreía a sus compañeras de fraternidad que se encontraban detrás-El Chico de la Sonrisa es un cuento de brujas.
-Bueno, teníamos que probarlo, ¿no?-Añadió Andy Thick, la animadora del grupo-Pero estoy segura de que es verdad lo que cuentan. Me jugaría la vida.
-¿Qué historias cuentan, Cindy?-Preguntó una tercera chica, de estatura baja y medio cegata.
-¿No conoces la historia de Charly Smiling? Pobre chica, sus victimas preferidas son aquellas inocentes que no creen. Te contaré su historia. Charly Smiling era un niño poco sociable. Tuvo una infancia difícil. Su madre le abandonó antes de que él naciera y su padre lo perdió cuando apostó a que su negocio de copas saldría a flote. Cuando fue más mayor, estuvo todo un verano en un viejo campamento de verano en Cristal Lake, lugar en el que sufrió todo tipo de abusos. Los chicos del lugar se metían con su forma de jugar al fútbol, de correr,y sobretodo, de su manera de bailar. El día en el que floreció su locura cayó en Halloween, fue internado en un hospital psiquiátrico en un pequeño pueblo de Segovia del que se escapó siendo adulto. Ahí cometió su primer crimen. Un quearteback del equipo de fútbol, bastante guapo aunque un poco flipado. Sus últimas palabras fueron: "Me ha destrozado". Y no paró ahí la cosa. Días más tarde se cobró a otra de sus victimas. Bien es cierto que estaba un poco quemado por su novia, pero cuando apareció Charly su vida se destrozó por completo. Desde ese instante, cuenta la leyenda que se le puede ver por las discotecas, con un vaso de ron en la mano, y fijando su mirada siniestra en sus victimas. Y si lo quieres invocar solo hace falta pronunciar sus palabras. Aquellas palabras que Amanda ha pronunciado... O ser guiri. Si eres guiri también se te aparece.

Se hizo un silencio.

-¿De verdad que eso pasó?-Preguntó de nuevo Beth Milk.
-Bueno, bueno-continuó Andy-Solo son leyendas como la leyenda del espíritu de Álex, que vaga por las discotecas dando vueltas y pillando.
-Más que un espíritu parece un fantasma. 
-Casi tanto como el que se tiró a todas las de su universidad de pedo y a pelo. El caso es que Amanda ha pronunciado las palabras y ya sabéis lo que significa.
-Cállate, Andy-escupió Amanda con cierto enfado-Tus historias aburren.
-Pero, pero ¿qué es lo que te hace ese tal Charly?
-Charly Smiling no te asesina, él te hace algo peor, mucho peor.
-¿El qué? ¿Qué te hace?
-Te hace llorar. Pero son cuentos de halloween, ya lo sabes. Lo importante es a quién vamos a llevar al baile de fin de curso.
-Yo quiero llevarme a George Castle.
-Entonces te tendrás que enfrentar a otro asesino en serie.
-¿A quién?
-A Sara  La Ni Se Te Ocurra Acercarte A Mi Chico.
-Casi que me hago Tinder Social.

-Amanda, nosotras te esperamos en la discoteca. Acaba de arreglarte y ya cuando estés lista, nos encontramos.
-Está bien, os espero ahí.
-Y ten cuidado con Charlieeeeeeeeeee-dijo Andy poniendo voz fantasmal.
-"Que te den"-pensó.
Se volvió a mirar al espejo, y con una sonrisa tímida se puso a pronunciar otra vez las palabras.
No ocurrió nada. Aquel fue un gran ejercicio para reafirmar su escepticismo. Se echó un poco de perfume, se ajustó un poco el pecho (jé) y fue directa a la puerta, pero cuando agarró el pomo para salir, escuchó un sonido en forma de susurro. No le dio importancia alguna, salió segura de ella misma, no hizo falta ni cerrar con llave. Iba a ser una noche legendaria...O eso creía.

Anduvo por la calle de camino a la discoteca. Era una noche cerrada, sin Luna y sin estrellas. Las farolas no se encendieron y la única luz que lucía era la de la linterna de su móvil. El viento helaba sus huesos y decidió coger un atajo, el que traspasa el Bosque de Gandía. Resopló una ligera brisa con aquel susurro de antes, esta vez creyó escuchar lo que decía: "Nuuuuncaaaa dejeeees de diertirteeeeeeeeee". 
Giró la cabeza, sus ojos se volvieron  tan grandes como platos de una vajilla de porcelana. No había nada, absolutamente nada. Su paso se fue acelerando hasta llegar al trote, cada vez más rápido.
Y siguió escuchando una voz fantasmagórica; "Leeeeeeee miiii blooooooooog"
El horror se apoderó de ella cuando lo observó.















"Sooooooy Psicólogoooooooooooooo"
Aulló con una voz aguda, cayó de culo y una rama le hizo una herida superficial en la pierna que apenas notó. Paralizada intentaba ponerse de pie, pero sus nervios traicioneros la dejaron quieta en el sitio. Los ojos comenzaron a enrojecerse, lo que le provocó un picor. Una vez en pie, corrió como alma que lleva el diablo. Apartando cada arbusto por su paso. El corazón le latía a mil por hora. 
-No llores, no llores-Se decía-Y por favor, no mires atrás-Se adentró en lo más profundo del bosque, la zonas se volvió pantanosa y la humedad era agobiante.
Y de nuevo ese susurro; "Nadaaa termina hasta que tú sientes que terminaaaaaaa". 
Cayó otra vez al suelo, a causa de un tronco mal situado, y el fémur salió de dentro hacia fuera desgarrando su piel. El grito fue sordo y ya casi sin vida. Podía ver la discoteca, solo tenía que gritar, pero no le quedaban fuerzas. El barro, el musgo y la hierba se tiñeron del color de la sangre en la oscuridad de la noche.
LA SONRISA SE VOLVÍA MÁS AMPLÍA.


Una lágrima le brotó de su ojo derecho. Arrastrándose, hundiendo sus manos en el barro, se intentaba desplazar. Su impotencia la devoraba por dentro.
La mirada de pervertido seguía. Charlie Smiling movía la cabeza como el perrete ese de los coches de los años ochenta (era su forma de bailar) Amanda Anderson suplicaba por su vida. Pero a él le daba igual. No aguantó más el dolor, y después de llorar con toda su alma, puso fin a ese intento de huir, quedando rendida a merced de su fatídico destino.

Pero una luz celestial hizo que la criatura se tapara los ojos.
-¡Atrás!-gritó aquella persona-¡Atrás te digo!". El asesino intentó abalanzarse como una fiera, pero la luz era tan potente que siguió retrocediendo y maldiciendo al extraño héroe. 
-¡ATRÁS!-Portaba un disco de "Los Planetas".


Y desapareció.
Amanda Anderson estaba tendida en el suelo, desangrándose y pidiendo ayuda. Aquella persona se acercó, hizo un torniquete y la calmó con suaves caricias.
-Ya está, todo ha terminado-dijo.
-¿Qu-quién e-eres?-Quiso saber ella-¿Quién eres?
-Nadie-Guardó el disco.
-Dímelo, te debo mi vida.
-No soy nadie. Estaba con unos amigos  en la discoteca, y decidí ir a dar una vuelta.  
"Si yaaaa lo sabíaaaa yoooooo".


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-¿Por qué no me dices de una vez tu nombre?
-En todo este tiempo solo has hablado, pero no has escuchado nada. Ya sabes quién soy. Te he dado las pistas, pero tu humor y tu ansia de conocer la respuesta sin pensarla te ha cegado.
-Es imposible que te conozca, habrías salido en el blog.
-¿Y no lo hice? 
-Suéltame, acabé el relato y te gustó-Finalmente la vela se apagó haciendo que  la oscuridad invadiese la sala. No obstante, sonó un "click" mecánico y unos focos de luz blanca se encendieron en el techo, iluminando el lugar en su totalidad. Al fin pude ver dónde me encontraba. No era una cabaña como creía, sino un local, un viejo local llenó de recuerdos. 
-Sí-Continuó-tienes razón, no te pienso matar... Pero tampoco voy a salvarte.

Me desató la manos con el cuchillo, intenté abalanzarme hacía el, pero al seguir teniendo atadas las piernas a la silla, caí de lado.
-¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES?
Se metió la mano en el bolsillo de la gabardina, pensé que ese era el final. Un arma de fuego y fin a todo. Estaba condenado. Aunque lo que vi se alejaba totalmente de lo que pensaba. Sacó una grabadora de un color gris y dio a la tecla de play. Una voz sonaba, una vieja voz con un acento más reconocible sonaba.



-Hola...Carlos. 
-Tú.
-Si estás escuchando esta cinta es que has fracasado y si estás poniendo la voz del de Saw es que tienes un problema importante. El caso es que "Has fracasado". 

En ese momento se empezó a quitar el sombrero, las gafas, las gabardina, y dejó ver quién realmente era. Una persona de mediana estatura, piel morena, con tatuajes....
Una cosa, antes de desvelar el malo de la película, quiero anunciar dos cosas;
1) Sí, fui yo el que se meaba fuera. Eso no es ficción.
2) En los últimos meses he estado un poco de bajón, pero no es nada por lo que preocuparse. A donde quiero llegar es a que necesito dar una última fiesta. ¡Ya lo sé! dije que se había acabado, pero cojones, acabo de recibir una gran noticia que es la que me ha impulsado a hacer este capítulo lleno de pequeños detalles y agradecimientos (que ya os iré desvelando). Bueno, que la cosa está tensa. Aunque, joder, creo que es evidente que el "malo" es Damián el gitano.
Perdón por la interrupción. Y eso, dale a like si te gustó lo de la fiesta, subscribete a mi canal y deja comentario si crees que va siendo hora de que deje de dar vergüenza ajena cada vez que subo un capítulo. Ah, se me olvidaba, también pienso contar lo de Magaluf. Besis.

-Te dije que algún día te encontraría. Te dije que me dejases llamar con tu móvil. Pudiste salvarte, pero cuando te enfrentas a un gitano andaluz tienes las de perder. Como Pedro Sánchez.
-Eres tú. eres...
-Sí, soy yo-Y por fin se dejó ver al completo.
-¡Simona!
-La mayoría de la gente hace vida normal sin necesidad de hacer blogs de mierda, pero tú no. Desgraciadamente no-Se fue al final del local, abrió la puerta y apagó las luces-Fin del juego.

Y cerró la puerta, dejándome ahí con mis gritos, mis pensamientos, y mi soledad (y con el coño de goma que me quedé de Rock Studio). Toda realidad desapareció. Solo sabía que...
Era de noche y hacía un frío otoñal.












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